Mensajes a María para La Divina Preparación de los Corazones, Alemania

 

lunes, 17 de febrero de 2025

¡La calamidad que se abate sobre tu Tierra!

- Mensaje nº 1467 -

 

Mensaje del 11 de febrero de 2025

Nuestra Señora: Mi Hijo, vuestro y vuestro Jesús, está muy, muy preocupado. Muchos de Sus hijos han dado la espalda a Aquel que murió por vosotros, y aumentan las luchas y las guerras.

Se han apartado de Aquel que es Santo, y también del bien, y esto tiene un gran efecto sobre vuestro tiempo en la tierra.

Jesús: Hijos míos. No temáis, porque Yo, vuestro Jesús, estoy con vosotros en todo momento, por malos y terribles que sean los tiempos.

Nuestra Señora: Hija mía. Jesús sufre y ve la desgracia que acontece en vuestra tierra.

Así que no tengáis miedo, pues vosotros que estáis con Él no tenéis nada que temer, pero los tiempos serán feos y crueles.

Ahora estallarán guerras, causadas por disputas y pretensiones de poder. Ya sois enemigos entre vosotros, pero hay muchas disputas políticas y de poder.

Al final, os involucrarán en guerras para aprovecharse de ellos y conseguir la dominación del mundo.

El mal se ha mezclado, y los pendencieros no se dan cuenta de lo que trama el mayor de los malvados.

Esto sólo está reservado a unos pocos, y éste, el mayor de los malvados, se aprovecha de la lealtad de sus «subordinados», y se aprovecha de su ignorancia y sigue atizando el fuego para suscitar luchas aún mayores entre los que se creen grandes a sus ojos, pero todos serán traicionados por él, igual que los grandes políticos y gobernantes hacen entre ellos por ahora.

Se sienten grandes y creen en su grandeza, pero ellos también son sólo marionetas en el teatro del diablo. Uno engañará al otro hasta que finalmente el diablo los engañe a todos.

Éste es el plan del maligno, y no necesita hacer mucho para conseguir su poder. Lo ha escenificado hábilmente, y hábilmente enfrenta a sus secuaces entre sí. Sólo espera a que se traicionen y se enfrenten entre sí, y entonces ataca.

Pero vosotros , amados hijos de Mi Hijo, seréis esclavizados, pero no tengáis miedo, porque Mi Hijo, Jesucristo, aún atraerá a muchos hacia Sí y los convertirá e, hija Mía, permanecerá al lado de los que le sean fieles hasta el final.

Jesús: Permaneced, pues, junto a Mí, Mi enseñanza y fieles a Mí, vuestro Jesús, porque Mi tiempo está cerca y vendré a resucitaros y a daros el Nuevo Reino.

Madre de Dios: Amados hijos que sois: Mi Hijo vendrá. Ese tiempo está cerca. Pero antes viene Su advertencia, y bienaventurado aquel que la reconoce como un acto del amor misericordioso del Padre y del Hijo, la acepta y se arrepiente y hace el bien. Amén.

Jesús: Hijos míos. Yo, vuestro Jesús, estoy con vosotros. Siempre.

Rezad mucho, rezad con fervor y pedid ayuda y mitigación y que se acorte el tiempo al Padre que está en los cielos.

Os quiero mucho.

Él, que es Todopoderoso, ha enviado numerosas huestes angélicas para protegeros. Así que no tengáis miedo. Permaneced en oración y fieles a Mí, vuestro Jesús. Amén.

Madre de Dios: Hija mía. Yo, tu Madre del Cielo, te quiero mucho. Que estas líneas te ayuden a permanecer fuerte y perseverante , pues el tiempo de las guerras se acorta , y la protección del Cielo está con los que permanecen fieles y devotos a Mi Hijo.

Cuando el mundo esté envuelto en estas guerras, el Anticristo se mostrará .

No tengáis miedo, pero sabed que es el hijo del Maligno.

Estad siempre atentos a Nuestras palabras y no os dejéis engañar, confundir o seducir.

Permaneced siempre en oración y permaneced siempre fieles a Jesús.

Yo os quiero mucho. Jesús os ama mucho y el Padre que está en los cielos. Cuanto más recéis y supliquéis por la moderación y el acortamiento del tiempo, más suave y corto será este tiempo.

Jesús: Permanece fiel en la oración y a Mí, tu Jesús.

Os quiero mucho. Amén.

Tuya y de tu Madre en el cielo con Jesús y muchos santos y santas ángeles presentes. Amén.

Nota; Jesús en agonía parece tan triste y sufriente. Nos espera una época muy, muy mala, pero Él estará con nosotros y nos protegerá. Él dice: 'Al final todo saldrá bien. Y que no debemos tener miedo.

Jesús en el altar: Oh, hija mía. Yo, tu Jesús, estoy muy triste. El mundo Me niega, Me insulta y se aleja de Mí, su Salvador, Quien Soy, pero, Mi amada hija, también hay muchas, muchas almas que se están convirtiendo gracias a tantas oraciones fervientes, a sacerdotes buenos y santos, a misioneros y a personas como tú y tus colaboradores.

Os quiero mucho.

Tuya y de tu Jesús. Amén.

Origen: ➥ DieVorbereitung.de

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