Mensajes de diversas orígenes
jueves, 23 de enero de 2025
Quiero que una vez más te dejes seducir por esta brisa que fluye del Sacratísimo Corazón de Dios
Mensaje de la Inmaculada Madre María y de Nuestro Señor Jesucristo a Angélica en Vicenza, Italia, el 19 de enero de 2025
Queridos hijos, la Madre María Inmaculada, Madre de todos los Pueblos, Madre de Dios, Madre de la Iglesia, Reina de los Ángeles, Rescatadora de los Pecadores y Madre Misericordiosa de todos los hijos de la tierra, he aquí, hijos, Ella viene de nuevo a vosotros esta tarde para amaros y bendeciros.
Hijos míos, vengo a pedir vuestras manos, quiero llevaros una vez más a saborear la brisa divina, quiero que una vez más os dejéis seducir por esta brisa que brota del Sacratísimo Corazón de Dios y se extiende sobre toda la tierra y sobre todos los hijos.
Mis pequeños, si hubierais permanecido como antes, ahora estaríais llenos de la brisa, estaríais plenamente en el Sacratísimo Corazón de Dios, ¡pero Dios no se rinde!
Me dijo: «¡Eh, tú, mujer, ve a tus hijos y llévales mi promesa, diles que el Padre promete que serán invadidos y seducidos aún más por su Santa Brisa!».
Esto Me ha dicho el Padre, así que preparaos y probad la brisa divina, dejaos seducir, entregaos a ella y, si queréis, ¡no contengáis la emoción!
Alabad al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Os doy Mi Santa Bendición y os agradezco que Me escuchéis.
¡Rezad, Rezad, Rezad!
Jesús apareció y dijo
Hermana, es Jesús quien te habla: ¡Te Bendigo En Mi Nombre Tres, Que Es El Padre, De Mí El Hijo Y El Espíritu Santo! Amén.
Desciende copioso, santo, santificador y tembloroso sobre todos los pueblos de la tierra, para que comprendan que en este tiempo debemos gritar «¡Paz!».
No más refriegas en las ciudades, ahora todos en paz rogad para que cesen las guerras en esta tierra. No más conflictos, hijos Míos, no sufráis, no ensuciéis vuestras almas con un pecado tan grande, abrazaos, tened estima los unos por los otros hermanos y miraos con Mis ojos. Si hacéis esto, nunca más pasará por vuestras mentes un conflicto. Yo estoy por la paz, estoy por la abundancia de amor entre vosotros hermanos y me gusta venir a mendigar un poco de amor. No lo hacéis, pero en verdad os digo: «¡No sabéis lo que perdéis, incluso en pedir caridad hay deleite!».
Hijos, quien os habla es vuestro Señor Jesucristo, Aquel que nunca os traicionará, Aquel que os redimió, Aquel a quien habéis maltratado, blasfemado y escupido, pero sin embargo nunca ha dejado de amaros, siempre os ha puesto la otra mejilla y nunca os ha guardado rencor. Esto es lo que debéis hacer todos vosotros, porque los hijos terrenales por mucho menos guardáis rencor y creed, hijos, que el rencor es la base de todos los conflictos no sólo con las armas, sino también verbales, porque las guerras también se hacen verbalmente y también son dolorosas, porque la lengua no tiene hueso pero rompe el hueso.
Os bendigo en Mi Nombre Trino, que es del Padre, de Mí el Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
La Virgen Estaba Vestida Toda De Cerceta, En Su Cabeza Llevaba La Corona De Doce Estrellas, En Su Mano Derecha Sostenía Un Corazón Con Una Bandera Blanca, Y Bajo Sus Pies Estaba El Pueblo Regocijándose.
Había Presencia De Ángeles, Arcángeles Y Santos.
Jesús Vestía Una Túnica Del Color Del Agua Del Mar Y En Sus Pies Llevaba Sandalias, Tan Pronto Como Apareció Hizo Recitar El Padre Nuestro, En Su Mano Derecha Tenía Un Bastón De Madera Y Bajo Sus Pies Había Un Oasis De Palmeras.
Había Presencia De Ángeles, Arcángeles Y Santos.
Origen: ➥ www.MadonnaDellaRoccia.com
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