miércoles, 25 de diciembre de 2013

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Hoy ha venido la Sagrada Familia: el niño Jesús, Nuestra Señora y San José. Hoy es el aniversario de la aparición de los tres Santos Corazones unidos. La Sagrada Familia estaba toda vestida con túnicas de oro y mostraban sus Santísimos Corazones. El Niño Jesús era más pequeño de lo que le veo últimamente, pero nos estaba revelando toda su majestad y su poder. Nuestra Señora nos dio el mensaje:

¡Paz mis amados hijos, paz!

Hoy vengo con mi Hijo Jesús y San José para bendecir a vuestras familias y a toda la humanidad.

Abrid vuestros corazones a mi Hijo Jesús, el Rey de vuestros corazones y vuestra verdadera paz. Sin mi Hijo en vuestras vidas no podréis encontrar la felicidad, ni la santidad y el amor.

Sed santos, viviendo cada día unidos a Jesús. Él os espera en la Santa Misa y quiere ser el alimento divino de vuestras almas.

Sed de Jesús, que Él os dé su fuerza y su luz para que seáis testigos de sus enseñanzas y de su presencia ante vuestros hermanos. Sed de Dios y agradecedle cada día las gracias y favores recibidos a través de mi presencia en Amazonas.

Grandes gracias os ha concedido ya Dios y grandes gracias os esperan a los que pongáis en práctica mis llamadas y recéis con amor mi Rosario.

Rezad, rezad, rezad mucho hijos míos, porque aquellos que deberían ser la luz para el pueblo de Dios están perdiendo su brillo, su fe y su amor, a causa de los engaños y seducciones del mundo. Rezad por los sacerdotes y dedicaos a luchar verdaderamente por su santificación.

Los que rezan por los sacerdotes reciben una bendición especial de Dios y siempre serán ayudados por Él en sus mayores aflicciones.

Llevad mi mensaje a vuestros corazones y llevad hoy a vuestros hermanos el santísimo amor de nuestros Corazones unidos. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cuando fui a la Santa Misa, en el momento de la Santa Comunión, oí la voz de la Virgen que me decía:

Formad grupos de oración e intercesión por los sacerdotes. Interceded por la santificación de los sacerdotes. Dedicad la mayor parte de vuestro tiempo a interceder por ellos y por la Iglesia. No descuidéis a vuestros pastores. Son joyas preciosas de Dios y también uno de sus grandes misterios de amor a su pueblo, que necesita pastores que lo guíen y bendigan en su Santo Nombre.