domingo, 6 de junio de 2010

Mensaje del Corazón Amoroso de San José

Los hijos más queridos de mi corazón. YO, JOSÉ, su Padre, los bendigo nuevamente hoy y les doy Paz.

Sean piedras vivas, trabajando intensamente para la construcción del Reino del Señor en la tierra, tanto como depende de ustedes. Sirvan con generosidad los planes divinos que desean salvar y conduzcan a toda la humanidad de vuelta a la paz, la conversión, la santificación completa, el amor y la victoria del Reino.

Sean piedras vivas, esforzándose arduamente por extinguir en sí mismos sus defectos y también por extinguir en otros los defectos que tanto obstaculizan a las almas para alcanzar la perfecta santidad. Para que con el Señor puedan construir el nuevo edificio vivo, el nuevo Templo vivo de gloria y santidad que el Señor tanto desea.

Sean piedras vivas, poniéndose totalmente a disposición del Señor, para que Él pueda usar toda su persona, todo su ser para hacer conocer Su Amor, Su Gracia y Su Ley a todo el mundo. Para que de esta manera, la construcción de almas vivas y santas pueda aumentar más y más para la mayor gloria del Señor, hasta que Él construya toda Su ciudad santa, toda Su nueva Jerusalén, de la cual todos ustedes están llamados a ser las piedras vivas de la ciudad santa del Señor.

Sean piedras vivas, buscando cada vez más: vivir con amor, rezar con amor, sufrir con amor, trabajar con amor y hacer todo con amor. Para que su edificio sea verdadero y duradero, para que la construcción de su santidad sea una construcción eterna y perpetua que no se derrumbe con los vientos del egoísmo, la traición, el amor al mundo, el apego a uno mismo y el apego a las criaturas. Para que su edificación, para que la obra de su crecimiento espiritual dure y dure para siempre.

Sean piedras vivas, buscando en todo momento sembrar amor dondequiera que vayan. Amor Divino, el amor que el Señor aquí llama a todos Sus hijos en este tiempo, a conocerlo, a amarlo, a darle en su corazón, a vivir completamente unidos con Él. Para que Él pueda realizar en la vida de cada uno de Sus hijos las maravillas de Su Amor, de Su Bondad y de Su Misericordia.

De esta manera, Dios puede verdaderamente construir Su nueva Jerusalén, Su Jerusalén de Amor, Su nueva ciudad santa en ustedes y a través de ustedes. Y Él puede finalmente establecer Su trono en medio de ustedes y reinar con ustedes y en ustedes para siempre.

Mis hijos, los llamo a todos a ser piedras vivas de oración, sacrificio, generosidad y amor! Den su sí hoy y tomaré su corazón y lo transformaré en una verdadera piedra viva donde el Señor pueda construir toda obra buena, toda obra santa.

A todos, en este momento, con amor los bendigo".