Mensajes para John Leary en Rochester NY, EEUU

 

martes, 18 de junio de 2013

Martes, 18 De Junio De 2013

 

Martes, 18 de junio de 2013

Jesús dijo: "Pueblo mío, el Evangelio de hoy puede resultar difícil para la mayoría de la gente, porque os pido que améis a vuestros enemigos y a vuestros perseguidores. Recordad que debéis separar el pecado del pecador. Todos vosotros estáis hechos buenos en vuestros cuerpos y almas, pero son vuestras acciones pecaminosas las que pueden crear problemas a los demás, y los pecados de los demás a vosotros. Los caminos del hombre tratan de la venganza y el castigo de los delitos. Mis caminos tienen que ver con el amor y el perdón. Soy misericordioso, pero en algunos casos en los que no hay arrepentimiento, también soy justo. Amo a todos, por eso pido a Mis fieles que amen a todos. Este amor a los enemigos forma parte de la búsqueda de la perfección, como Mi Padre celestial es perfecto. La mayoría de la gente ama a sus amigos, pero se necesita más fuerza de voluntad para amar a los enemigos. Cuanto más puedas amar a todos, más cerca estarás del cielo".

dijo Jesús: "Pueblo mío, en el campo de la salud vuestros médicos están haciendo maravillas con partes del cuerpo y células madre adultas. Habéis visto operaciones de rodilla en las que se utilizaron células madre adultas para restaurar rodillas dañadas. En otros casos, también habéis visto milagros de curación con diversas partes del cuerpo. Si la gente reza sinceramente y tiene fe en Mi poder sanador, puede experimentar curaciones físicas. La oración y el ayuno pueden ser poderosos para curar cualquier parte del cuerpo. Una vez que Mis fieles vengan a Mis refugios durante la tribulación, contemplarán Mi cruz luminosa en el cielo y serán curados de todos sus males. Muchos de Mis fieles se alegrarán de que todas las partes de su cuerpo funcionen correctamente sin necesitar medicación alguna. Si recibes una curación, debes darme las gracias por responder a tus oraciones. A veces permito que las personas experimenten algún dolor para humillarlas o poner a prueba su resistencia. Si tienes algún dolor crónico, puedes ofrecérmelo por tus pecados o los de otra persona. Esta ofrenda se llama sufrimiento redentor, que es lo que ofrecí por toda la humanidad cuando morí en la cruz. El dolor puede ser un agravante, pero también puede utilizarse para el bien en sentido espiritual."

Origen: ➥ www.johnleary.com

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