Mensajes a María para La Divina Preparación de los Corazones, Alemania

 

martes, 12 de noviembre de 2013

¡Jesús saldrá victorioso y amanecerá la era de la paz milenaria!

- Mensaje nº 341 -

 

Hija mía. Mi querida hija. Escribe, hija Mía, escribe, pues muchos necesitan todavía oír Nuestra Palabra, como muchos necesitan todavía convertirse a Mi Hijo, antes de que entonces se cumplan las profecías, y Él, vuestro Salvador Jesucristo, venga desde lo alto del cielo a la tierra, Sin vivir entre vosotros, sino para liberaros de las garras del maligno y de su «ejército de élite», para que podáis entonces vivir la verdadera paz que el Padre os ha prometido desde hace tanto tiempo.

Hijos míos. El maligno será derrotado, encadenado en el lago de fuego para que no pueda salir del infierno durante mil años. Sus seguidores irán con él. Vivirán un gran tormento, y el tormento del fuego los quemará sin matarlos. Serán sometidos a los sufrimientos más terribles y a las penurias más crueles, porque Satanás «hierve» de rabia por la derrota que sufrirá y hará sufrir por ello a los “culpables”, los castigará por su incapacidad de no haber triunfado sobre el «blandengue», como llama a Jesús, y sus seguidores.

Estos «culpables» serán aquellos a los que más ha prometido, y nada de estas promesas cosecharán, porque el diablo sólo conoce el odio y la miseria, y nunca cumplirá sus promesas, nunca hará el bien, ni siquiera a sus seguidores y siervos más obedientes. Es el mal mismo y, por tanto, ¡hará daño a todos los que tengan que tratar con él!

Hijos míos. Jesús vendrá para triunfar, y amanecerá la era de la paz milenaria. Se producirán muchos cambios, y todos vosotros entraréis en esta Nueva Gloria como hijos felices de Dios. ¡Pero debéis confesar a Jesús y confiarle vuestra vida!

Quien viva con Jesús ya vivirá protegido, será «arrebatado» y se cuidará de él, ¡porque los caminos del Señor son todopoderosos y a quien se le concede la gracia de la omnipotencia del Señor es bendecido toda su vida!

No le ocurrirá nada malo, pero, Mis queridos hijos, ¡no confundáis la «vida fácil» con la felicidad, porque la verdadera felicidad sólo está en vuestro corazón! Os la da el Padre mismo, y quien la haya encontrado en sí mismo, ¡ningún obstáculo es demasiado grande para él!

Hijos míos. Os amo desde lo más profundo del Corazón de Mi Santa Madre y os pongo a todos vosotros, que servís fielmente a Mi Hijo, bajo Mi Santo Manto de Protección. ¡Concedo Mi Bendición Maternal a los que aman sinceramente a Mi Hijo!

Gracias, hijos Míos, por escuchar Mi llamada y seguirla.

Vuestra Madre amorosa del Cielo. Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

Gracias, hija Mía.

Origen: ➥ DieVorbereitung.de

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