jueves, 8 de mayo de 2014

¡En tu castigo está su satisfacción!

- Mensaje nº 548 -

Hija mía. Mi querida hija. Siéntate Conmigo y escucha lo que Yo, tu Santa Madre del Cielo, quiero decir hoy a Nuestros hijos de la tierra: Poneos en camino hacia Jesús, pues Él es vuestro Salvador. ¡Él es la luz en tu mundo, el amor que llevas en tu corazón! ¡Él trae la paz! ¡Él trae la plenitud! ¡Y Él es misericordioso! Así que todos vosotros corred hacia Él, hacia vuestro Jesús, porque con Él entraréis en el Nuevo Reino de Paz, y felices y realizados viviréis allí, porque Jesús estará con vosotros, os guiará, os conducirá, y os acercaréis cada vez más a Dios, vuestro Padre, pero debéis convertiros para que se os permita recibir este don tan precioso , porque sólo el que sea puro de corazón será digno de vivir en el Nuevo Reino de Mi Hijo.

Sólo el que confiese a Jesús, Le siga y defienda Sus enseñanzas entrará en la Nueva Era de Paz. Pero a los que Le pisotean, Le escupen y cometen adulterio, sea dicho: No conoceréis las glorias del Señor, pues sois indignos de recibirlas. Persistís en la falsedad y el pecado y sois impuros, por lo que el diablo se apoderará de vosotros y no se andará con remilgos, pues: Quien crea que Satanás está bien dispuesto hacia él, le alabará y le concederá riquezas, que sepa que va por mal camino, pues Satanás no cumple sus promesas, ni es bueno, ni siente amor. Es incapaz de amar y, por tanto, sólo te hará daño, te atormentará, te hará sufrir, porque: En tu tormento está su satisfacción y aparte del tormento, el sufrimiento, la angustia y la angustia, las mentiras, los males, los ultrajes y las abominaciones, no tiene nada reservado, ¡ni para ti, ni para nadie!

Así que ven a Jesús antes de que sea demasiado tarde, porque Él es tu Salvador. Él te ama y se preocupa por ti, ¡pero debes darle tu Sí, confesarle y vivir tu vida según Sus enseñanzas y los mandamientos del Padre!

¡ Purificaos, hijos Míos, porque muy pronto todo vendrá golpe a golpe! ¡Estad preparados para Jesús y el Padre y recibidlos con amor, con alegría y con un corazón puro!

¡Confesaos, hijos Míos, confesaos!

¡Arrepentíos, hijos Míos, arrepentíos!

¡Y arrepentíos, hijos Míos, arrepentíos de vuestras acciones y pensamientos pecaminosos!

Quien viva según la voluntad del Padre, obedezca Sus mandamientos y sea puro de corazón, será digno.

¡Purificaos! ¡Esforzaos! Así agradaréis al Padre. Amén.

Vuestra Madre del cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la salvación. Amén.