Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil

 

domingo, 5 de octubre de 2014

Día de San Benito - Mensaje Dado al Vidente Marcos Tadeu - En las Apariciones en Jacareí - Sp - Brasil - el 08.04.2007

 

5 De Octubre - Día De San Benito - Meditemos Su Mensaje Comunicado Al Vidente Marcos Tadeu - En Las Apariciones De Jacareí - Sp - Brasil

Jacareí, 8 de Abril de 2007

Cenáculo del Domingo de Pascua

Mensajes De Nuestra Señora - San Benito Y Santa Rita

Comunicados Al Vidente Marcos Tadeu Teixeira

Mensaje de Nuestra Señora

«-¡Marcos, bendito y amadísimo hijo te bendigo hoy una vez más con todas las solemnes bendiciones de Mi Inmaculado Corazón, que en este día se ha consolado y alegrado tanto al ver ante Mí a Mi Divino Hijo resucitado brillando más que el sol!»

Bendigo a todos Mis Hijos que han venido hoy, os bendigo a todos en este instante. Queridísimos hijos, continuad con todas las oraciones que os he mandado hacer, porque ellas secan grandemente Mis Lágrimas y quitan las Espinas de dolor de Mi Corazón. Continuad orando hijitos, porque este año tengo grandes planes para vosotros, quiero hacer de vosotros grandes santos, pero necesito vuestra colaboración, vuestra oración, vuestra obediencia y docilidad a Mi voz. Por eso deseo que recéis, que hagáis una novena rezando en las cuentas del rosario diariamente la siguiente oración:

«Divino Corazón de Jesús Provee, para que yo llegue a ser un gran santo, para Tu gloria y la de Tu Santa Madre Santísima».

Si rezáis así, hijitos míos, os prometo que Mi Hijo Jesús os dará muchas gracias y ayudas para que podáis avanzar y elevaros en la santidad. Quiero de vosotros una gran santidad, ¡espero grandes cosas de vosotros! Eres muy amada por el Señor y no puedes permanecer inmóvil en el pecado. Las cosas del mundo no son para vosotros, las cosas del Cielo son para vosotros. El Cielo ya os ha elegido, hijitos, ahora sólo hace falta que elijáis el Cielo y lo que desea y ha planeado para vosotros.

Continuad rezando el Santo Rosario todos los días, continuad con todas las oraciones que os he dado y os he ordenado que hagáis. Mi Corazón Inmaculado fue muy consolado por vosotros en aquellos días y también el Corazón de Mi Hijo Jesús.

Sobre vosotros derramo hoy las copiosas bendiciones de Mi Corazón Inmaculado y Rescatado, frutos de Mis dolores y Lágrimas".

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Mensaje de San Benito

"-Queridísimo Marcos, Yo Benito me alegro mucho de volver a verte hoy. Han pasado casi dos meses desde que yo y Rita vinimos con Nuestra Señora y gran Señora, para bendecirte en tu cumpleaños. Y hoy me alegro de poder venir y bendecir también a todas estas personas presentes.

Rezad el Santo Rosario... El Rosario Me llevó al Cielo, no tantos Mis milagros Me llevaron al Cielo, ¡pero el Santo Rosario!

¡Cómo amaba el Santo Rosario! Lo rezaba en las cuevas donde vivía y luego también en el monasterio. Me gustaba pasarme muchas horas rezando el Rosario sin desear ni querer ninguna otra cosa.... El Santo Rosario para Mí era como un panal de miel delicioso y dulce, que deleitaba mi alma y hacía que mi alma simplemente ardiera y se incendiara de amor por Dios y por María Santísima.

Cuántas veces me visitó durante el rezo del Rosario, para mostrarme su aprecio y predilección por esta santísima oración tan salvadora y poderosa.

El Cielo... ¡El Cielo se ha hecho cercano y accesible para Mí, gracias al Santo Rosario! ¡Cuántas gracias me ha concedido el Santo Rosario! ¡Cuántas bendiciones y luces espirituales me ha dado el Santo Rosario! ¡Estoy muy agradecido al Santo Rosario! ¡Estoy muy agradecida a Mi Reina y Señora que nos lo ha dado, que lo ha dado a toda la humanidad!

¡Deseo que os abraséis de amor por el Santo Rosario! ¡Deseo que lo recéis piadosa y fervientemente! Siempre que podáis de rodillas y derramando copiosas lágrimas de gratitud a la Señora por habérnoslo dado a toda la humanidad.

El Santo Rosario es el mayor agasajo, el mayor premio y regalo que la Santa Virginia ha dado al mundo después de que el Verbo se hizo carne.

¡Oh, sí! En cada cuenta del Rosario secas una lágrima de la Madre de Dios y, al mismo tiempo, recibes de Ella una nueva gracia. Cada vez que pronunciéis esas benditas y maravillosas palabras, santas palabras «Ave María, llena eres de gracia», un rayo de gracia se derramará de la Santísima Virgen y descenderá sobre vuestras almas.

Rezad el Santo Rosario, rezad también todas las oraciones que Ella os ha dado, pues estas oraciones aniquilan a Satanás y a los demonios y hacen que muchas almas escapen de sus garras y se conviertan y se salven.

Os doy la Paz, os dejo la Paz y os prometo Mi protección constante. Para vosotros que venís siempre a este lugar santo y que estáis siempre aquí a los pies de la Señora consolándola, sois Mis hermanos, sois Mis protegidos, sois Mi propiedad.

Y Yo os guardaré y os defenderé como tales.

Paz..."

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Mensaje de Santa Rita De Cassia

"-Marcos... Bienaventurado Marcos I Rita De Cassia, sierva del Señor y de María Santísima, Rita de los Dolores y de las Penas del Señor y de la Señora, te doy hoy Mi bendición y a todos los que estáis aquí también Mi bendición... Amad la Pasión de Jesús, veneradla más, contempladla más. Haz especialmente los viernes reverencia especial a la Pasión de Jesús y adoración de la Santa Cruz. Procura meditar cada viernes los Lavatorios de Nuestro Señor Jesucristo, procura meditar también cada viernes los tormentos de la Señora de los Dolores. La Pasión de Cristo es el mayor libro de santidad que existe, en él hay lecciones para todos los hombres y para todas las situaciones de la vida.

En la Pasión de Jesús encontré toda Mi alegría y toda Mi paz.... En la Pasión de Jesús encontré toda Mi fuerza y todo Mi Amor.... En la Pasión de Jesús y de María encontré todo Mi consuelo y toda Mi alegría....

Vosotros también lo encontraréis, si os dedicáis cada viernes a meditar en los sufrimientos de Nuestro Señor y de la Madre de los Dolores, aunque sólo sea durante al menos diez minutitos.

Intentad... intentad los sábados consagrar la tarde del sábado a la Señora de los Dolores, como Ella misma os pidió ayer. Obedeced estos Mensajes de la Madre de Dios y tendréis la bendición de Dios, en vuestras almas y en vuestras vidas...

En verdad os digo que todo lo que pidáis el sábado por la tarde durante la oración y reparación a la Señora de los Dolores os será concedido, siempre que no sea contrario a la voluntad de DIOS y no aleje vuestras almas de Él. Lo que se pida el sábado por la tarde en la oración del sábado por la tarde, la Señora de los Dolores os lo concederá y Nuestro Señor Jesucristo os lo dará, porque Él desea más que nunca ver a Su Santa Madre consolada-amada por todos Sus Hijos.

Este lugar es Santo, el Cielo aquí toca la tierra, Santos y Ángeles pueblan y habitan este lugar noche y día. Venid aquí y uníos a nosotros en oración para que en un solo coro adoremos a Dios, bendigamos Su Nombre y el nombre de Su Santa Madre y los amemos y veneremos con especial afecto, amor y devoción.

En verdad os digo que quien defienda este lugar salvando las almas de los demás, predestinará su propia alma a la salvación. Yo Rita, os defenderé, os ayudaré siempre, rezadme más, recordadme especialmente, el día 22 de cada mes y recordad a Benedito especialmente el día 4 de cada, mes con oraciones especiales. En estos días habladnos más, rezadnos, venid a los pies de Nuestras imágenes para que allí os colmemos de Gracias... Ninguna Gracia te será negada allí, tendrás libre y pleno acceso a todas ellas, cosecharás tantas Gracias como puedas llevar, tantas Gracias como puedas cosechar....

En verdad os digo, imitadme en la aceptación de los sufrimientos y en la conformidad con los sufrimientos, con las aflicciones y angustias de esta vida. Esta vida pasa rápidamente y el dolor y el sufrimiento no durarán eternamente si sabéis utilizarlos en vuestro provecho y favor aceptándolos como verdaderos peldaños de la santa escalera que os conduce al CIELO.

Ahora os bendecimos a todos y os deseamos la Paz...".

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San Benito el Moro

Nacimiento: 31 de marzo de 1524 en Sicilia, Italia

Fallecimiento: 4 de abril de 1589 en Palermo, Italia

Fiesta litúrgica : 5 de octubre

Patrono : de los cocineros

San Benito Ofm (Sicilia, 31 de marzo de 1524 - Palermo, 4 de abril de 1589) (San Benito el Negro o San Benito el Africano o San Benito el Moro).

Algunas versiones dicen que nació en Sicilia, al sur de Italia, en 1524, en el seno de una familia pobre y que era descendiente de esclavos de Etiopía.

Otras versiones dicen que era un esclavo capturado en el norte de África, algo muy común en el sur de Italia en aquella época.

En este caso, sería de origen morisco, no etíope.

En cualquier caso, todo el mundo cuenta que tenía el apodo de «moro» por el color de su piel.

Era pastor de ovejas y agricultor.

A los 18 años ya había decidido consagrarse al servicio de Dios, y a los 21 un monje de los hermanos ermitaños de San Francisco de Asís le llamó para que viviera entre ellos y él aceptó.

Hizo votos de pobreza, obediencia y castidad, y caminaba constantemente descalzo por las calles y dormía en el suelo sin cobijas.

Era muy solicitado por la gente, que deseaba oír sus consejos y pedirle oraciones.

Cumpliendo su voto de obediencia, tras 17 años entre los ermitaños, fue destinado a ser cocinero en el convento.

Su piedad, sabiduría y santidad llevaron a sus hermanos de comunidad a elegirle Superior del Monasterio, aunque era analfabeto y laico, pues no había sido ordenado sacerdote.

Sus hermanos le consideraban iluminado por el Espíritu Santo, pues hacía muchas profecías.

Al final de su tiempo como Superior, reanudó sus actividades en la cocina del convento con mucha humildad, pero con alegría.

Siempre preocupado por los más pobres que él, los que ni siquiera tenían su comida diaria, cogía algunas provisiones del convento, las escondía dentro de sus ropas y las llevaba a los hambrientos que llenaban las calles de las ciudades.

Cuenta la tradición que en una de estas salidas, la nueva Superiora del Convento le sorprendió y le preguntó,

«¿Qué escondes ahí, bajo tu capa, hermano Benito?».

Y el santo respondió humildemente: «¡Rosas, mi señor!» y, abriendo la túnica, aparecieron efectivamente rosas de gran belleza, y no la comida de la que sospechaba el Superior.

San Benito murió a la edad de 65 años, el 4 de abril de 1589, en Palermo, Italia.

En la puerta de su celda del Convento de Santa María de Jesús de Palermo hay una placa con la inscripción en italiano que indica que era la Celda de San Benito y debajo las fechas 1524-1589, para indicar las fechas de su nacimiento y muerte.

Algunos autores indican 1526 como año de su nacimiento, pero los frailes del Convento de Santa María de Jesús consideran que la fecha correcta es 1524.

Todos los años, después de Pascua, se celebra una misa y una fiesta en su honor en la localidad portuguesa de Coval, municipio de Santa Comba Dão.

Otra narración

Corre el año 1589. En una pobre celda del convento franciscano de Santa María de Jesús, a tres kilómetros de Palermo, en el sur de Italia, el enfermero observa al hermano lego, un hombre analfabeto, haciendo algunos movimientos en el lecho de dolor en el que se encuentra desde hace dos meses.

Su rostro, agotado por la fatiga de 63 años de intensa actividad apostólica, se ilumina en un momento determinado. Su boca se abre y sus ojos se vuelven fijos y extáticos. «Es el final, el hermano está cruzando el umbral de la eternidad», piensa la enfermera. Y se apresura a llamar a otros frailes para las oraciones finales por el moribundo.

El enfermo, sin embargo, cuando el éxtasis ha terminado y el enfermero ha regresado, le dice: " No te preocupes. Te comunicaré el día y la hora de mi muerte. Falleceré el 4 de abril ".

A lo que la enfermera replica: « ¡Imagínate, Fraile, lo llena que estará esta casa!».

Porque conocía bien la extraordinaria fama de santidad de aquel fraile, que era tan grande en todas partes, mientras vivía, que raramente se encuentra nada parecido en la historia de la Iglesia".

- « Puedes estar tranquilo, nadie vendrá», le aseguró el Santo. Las dos profecías se cumplieron al pie de la letra.

En efecto, el día de su muerte y entierro había una gran afluencia de gente para la fiesta del Divino en una iglesia del Espíritu Santo en las afueras de Palermo, por lo que nadie acudió al convento.

El día señalado, el Santo recibió el consuelo de los Sacramentos de la Iglesia: confesión, comunión, extrema unción, incluida la bendición papal.

El enfermo se sienta en la cama y, mirando al cielo, reza y contempla. Invoca a sus santos patronos: San Francisco de Asís, San Miguel Arcángel y los apóstoles San Pedro y San Pablo.

En un momento determinado de las oraciones, y tras una visión de Santa Úrsula, Benito -así se llama el moribundo- pronuncia en voz alta: « En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu ». Luego se tumba, cierra los ojos y exhala su último aliento.

Reliquias: El hábito que llevaba Benedicto

En ese mismo momento, no muy lejos de allí, Benedita Nastasi, de 10 años y sobrina del Santo, observando una paloma que había entrado en el interior de la casa, oyó la voz de su tío:

- " Benedita, quieres algo de allí.

- « ¿De allí, de dónde, tío mío?» - inquirió la muchacha.

- « Del Cielo, hija mía » - completa la voz familiar. Y la palomita desaparece ...

Nuestro popularísimo San Benito el Negro se llamaba Benito de San Filadelfo, porque tal era el nombre de la localidad (hoy San Fratello) cercana a Mesina (Sicilia) donde nació, en 1526. Era hijo de esclavos etíopes, comprados por la familia Manasseri.

Se sabe que el Santo fue pastor, convirtiéndose más tarde en ermitaño. Para obedecer una orden del Papa, ingresó más tarde en la Orden Franciscana como hermano lego en el convento de Santa María de Jesús, en las cercanías de Palermo.

Allí destacó como cocinero milagroso, pues con frecuencia los Ángeles del Cielo descendían para ayudarle a preparar las comidas.

Aunque era iletrado y no era más que un hermano lego, tales eran los dones y carismas con que la Divina Providencia adornaba su alma, que fue elegido Superior y Maestro de Novicios del convento.

Siguiendo el ejemplo del Seráfico Padre San Francisco, su Fundador, el incontable número de milagros y prodigios operados ya en vida por San Benito constituyen también verdaderos fioretti. Es imposible mencionarlos todos. Sólo nos queda mencionar al menos algunos.

Curación de cancerosos

Antes de instalarse en el convento de Santa María, Benito llevó una vida eremítica en Nazana durante ocho años y en Mancusa, en la región de Palermo.

Así que su fama de santidad ya era elevada. Un día, de paso por Mancusa, le llamaron para ver a una mujer enferma en un cuchitril. "No puedo hacer mucho por ella, pues no soy sacerdote. Pero puedo visitarla y rezar por ella", respondió.

«Ayúdame, fraile», gritó la pobre mujer, roída por un cáncer en el pecho, que se extendía terriblemente. «¡Dame una bendición, por Dios!».

Conmovido por el dolor de la enferma y la angustia de sus parientes, el Santo se acercó al lecho, rezó con todos los presentes, animó a la enferma a tener Fe en Dios, y luego, a petición suya, trazó la señal de la cruz sobre la herida de su pecho. ¡Al instante quedó curada y sólo le quedó una cicatriz !

Poco después, Benito se retiró para evitar cualquier agradecimiento o alabanza.

Resurrección de los muertos

En cierta ocasión, cuatro damas de Palermo -Eulalia, Lucrecia, Francesca y Eleonora, esta última con su hijo de cinco meses en brazos- fueron a visitar a la Santa al convento de Santa María.

Cuando regresaban a la ciudad, cerca del convento, el carro volcó y aplastó al niño, que murió en el acto. Los frailes acudieron en su ayuda, y Benito se encontró con la patética escena de la madre abrazando el pequeño cuerpo informe.

Benito se acercó a ellas y les dijo: "Dejad de llorar. El niño no está muerto; podéis alimentarlo".

Los que estaban alrededor pensaron que el Santo deliraba. Sin embargo, en cuanto la madre le obedeció, el niño empezó a sonreír, dejando a todos estupefactos.

Un hecho análogo ocurrió con el hijo de Juan Jorge Russo. Mientras visitaba el convento con su mujer y algunos parientes, la carreta en la que viajaban se cayó de un puente y el niño quedó aplastado.

"Tened mucha confianza en Nuestra Señora. Recemos". Este recurso a la mediación de la Santísima Virgen, además, fue una constante en todas las intervenciones de San Benito.

Todos se arrodillaron y comenzaron a rezar; entonces el niño abrió los ojos, despertando del sueño de la muerte.

Incluso antes de convertirse en ermitaño -y tal vez fuera éste el primer milagro realizado por San Benito-, le presentaron a un niño muerto.

Apesadumbrado, el Santo tomó aquel cuerpo inanimado con su brazo izquierdo y, con la mano derecha, hizo la señal de la cruz sobre la pequeña frente congelada. Después de que los presentes rezaran el Padre Nuestro y el Ave María, ¡se produjo el milagro de la resurrección!

Milagro de las flores

San Benito tenía la costumbre de recoger la comida sobrante del convento en su delantal de cocina, para distribuirla después entre los pobres.

En cierta ocasión, el Santo se encontró con el virrey de Sicilia, el obispo Marcantonio Colonna, quien, atraído por la fama de su santidad, fue a visitarle. Curioso, el ilustre visitante preguntó a Benito qué llevaba tan cuidadosamente.

Él simplemente abrió su delantal y mostró. .. flores, tan frescas y aromáticas que el virrey las llevó al altar de su capilla privada.

Peces que aparecen y panes que se multiplican

En cierta ocasión se agotaron las provisiones del convento. Era invierno y llovía a cántaros. Y los religiosos ni siquiera podían salir a pedir limosna.

Benito pidió a un fraile, que le ayudaba en la cocina, que abriera en alguna parte los Santos Evangelios y leyera lo que estaba escrito. Se leyó el siguiente pasaje "No te preocupes por tu vida, en cuanto a lo que comerás, ni por tu cuerpo, en cuanto a lo que te pondrás. Mirad las aves del cielo: ni siembran, ni siegan, ni recogen en graneros. Y, sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta" (Mt 6,25-26).

Iluminado por estas palabras y movido por su heroica confianza en la Providencia, el Santo se puso manos a la obra. Llenó de agua todas las ollas, cacerolas y botes grandes del convento. A la mañana siguiente estaban llenos de peces frescos, muchos de ellos vivos.

En otra ocasión, cuando Benito, entonces superior del convento, ordenó al hermano portero, Vito da Girgenti, que distribuyera pan a los pobres, el religioso, viendo que la cola era enorme, reservó en el fondo de la cesta algunos panes para los frailes.

El hecho llegó a conocimiento de Benito, que llamó al portero para que volviera a llamar a todos los pobres que se habían quedado sin pan: «Dad a los pobres todo lo que hay en el cesto -ordenó Benito-, pues la Providencia nos ayudará».

Al obedecer, fray Vito notó con asombro que el pan del cesto ya no se acababa; ¡cuanto más sacaba, más aparecía !

Los frailes reincidentes

En cierta ocasión, tres novicios deciden escaparse del convento y volver a casa. Al amanecer escalan el muro, y en la calle, mientras cantan victoria por su pseudofachada, ven una figura que se acerca a ellos. Era fray Benito, que les preguntó "¿Qué hacéis aquí tumbados a estas horas? Volved inmediatamente al convento". Y les aconsejó que rezaran mucho para perseverar en su vocación.

Meses después, vuelven a caer en la tentación de huir, y se cuidan mucho de que nadie sepa nada. Cuando vuelven a ganar la calle, se encuentran cara a cara con Fray Benito, que abre los brazos y les dice: «Alto ahí, ¿adónde creéis que vais?». Los tres reconocen una señal de Dios para perseverar, piden perdón al santo, prometiendo no repetir la falta

.

" El Santo, el Santo". ..

Con cada milagro que ocurría, la gente acudía a la puerta del convento, aclamando y alabando al Santo. Su popularidad y veneración llegaron a ser tales que una vez interrumpió una procesión del «Corpus Christi». En aquella ocasión, los frailes participaron en la procesión desde la catedral de Palermo.

Y San Benito fue designado para llevar la cruz procesional, a la cabeza de la procesión. Al fijar los ojos en el Crucificado, se sintió arrebatado de amor por Nuestro Señor y entró en éxtasis . Su cuerpo comenzó a deslizarse suavemente, sin que sus pies se movieran

.

Al verlo, la gente prorrumpió en gritos de admiración: «¡Mirad al Santo, al Santo!». Las filas de la procesión se desorganizaron por completo. Los encargados del orden gritaron para que la gente se alineara. Pero no hubo manera, y la procesión no tardó en reanudarse hacia la Catedral...

El cuerpo incorrupto

Cuando, tras las celebraciones del Divino Espíritu Santo, la gente supo que Benito había muerto y ya estaba enterrado, todos se dirigieron a Santa María de Jesús. La tumba estaba en un lugar de difícil acceso, y la gran afluencia de peregrinos perturbó la vida de los frailes. Su número crecía cada día, en proporción a la difusión de las noticias de los milagros obrados cerca de la tumba.

Comenzaron a mendigar reliquias del Santo. Sus vestiduras y las ropas del lecho donde murió fueron hechas tiras. Incluso su cama y su colchón fueron reducidos a pequeños trozos, disputados con avidez por los visitantes.

El 7 de mayo de 1592, tres años después de su muerte, su cuerpo, incorrupto y exudando dulce perfume, fue colocado en uno instalado en una cavidad abierta en una pared de la sacristía de la iglesia de Santa María de Jesús. Sin embargo, la sacristía pronto se convirtió en una capilla, en la que la gente cantaba, rezaba y pagaba promesas. Esto durante diecinueve años seguidos.

El 3 de octubre de 1611, con la presencia del cardenal Doria, el cuerpo de San Benito fue trasladado de nuevo a una magnífica urna de cristal en una capilla lateral de la propia iglesia de Santa María de Jesús, en el antiguo convento franciscano, a tres kilómetros de Palermo, ciudad que, incluso antes del reconocimiento oficial de la Iglesia, lo tomó como Patrón en 1652.

San Benito fue declarado beato en 1763 por Clemente Xiii y canonizado por el Papa Pío Vii el 25 de mayo de 1807.

Culto en Brasil

El estado de Bahía fue pionero en la devoción a San Benito en tierras brasileñas.

Ya antes de su canonización existía allí una cofradía en su honor. Al mismo tiempo, la devoción al Santo echó profundas raíces en Maranhão.

Se sabe que existían imágenes de San Benito al menos desde 1680 en Olinda, Recife, Igaraçu (Pe), Belém do Pará y Río de Janeiro.

Lo mismo ocurría en São Paulo. Un siglo antes de ser declarado santo por la Iglesia, ya era venerado como tal en las iglesias a las que acudían los miembros de la Venerable Hermandad de Nossa Senhora do Rosário dos Homens Pretos (1707). Y hoy la devoción a la Santa es ya un fenómeno nacional. No faltan parroquias, capillas o al menos un altar con la imagen de la Santa Negra en todo Brasil.

Oración

Oh Dios, Que en San Benito El Negro

Manifiestas Tus Maravillas,

Llamando A Tu Iglesia

Hombres De Todos Los Pueblos, Razas Y Naciones,

Concede Por Su Intercesión,

Que Todos,

Hechos Tus Hijos E Hijas Por El Bautismo, Vivan Juntos Como Verdaderos Hermanos Y Hermanas.

Por Nuestro Señor Jesucristo, Tu Hijo, En La Unidad Del ESPIRITU SANTO.

Amén

Te Alabo Y Te Bendigo, Padre Mío,

De Los Cielos Y La Tierra Señor,

Porque Has Revelado A Los Pequeños

¡Los Misterios Ocultos Del Reino!

Siervo Bueno Y Fiel, Entra En La Alegría

¡De Jesús, Tu Señor!

¡San Benito, Ruega Por Nosotros!

¡San Benito El Negro, Inercedei Por Nosotros!

San Benito, Patrón De Los Cocineros, ¡Ruega Por Nosotros!

Orígenes:

➥ MensageiraDaPaz.org

➥ www.AvisosDoCeu.com.br

➥ www.AparicoesDeJacarei.com.br

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