Mensajes a los Hijos de la Renovación, EEUU
domingo, 27 de septiembre de 2015
Capilla de la Adoración

Hola, Jesús mío siempre presente en el Santísimo Sacramento. Te amo, mi Señor, mi Dios y mi todo. Gracias porque esperas aquí a Tus hijos, Señor. Agradezco Tu presencia aquí en esta capilla. Gracias por la Adoración, Señor Jesús. Es una gran gracia para el mundo. Gracias por protegerme durante mi viaje de esta semana y por traerme a casa sana y salva. Fue muy bueno ver a mi hermana y a mi cuñado. Gracias por el tiempo que pasamos, Señor. Fue un tiempo bendecido. Te doy gracias por la Santa Misa de esta mañana y por mi familia. Jesús, por favor, bendice, protege y consuela a (nombre oculto). Está pasando por mucha confusión con los miembros de su familia. Por favor, resuelve pacíficamente todos los conflictos. Te pido que des a sus hijos corazones misericordiosos y llenos de amor hacia ella.
Madre Santísima, por favor, ayuda a (nombre no revelado). Tú eres Nuestra Señora Desatadora de Nudos y puedes deshacer los problemas familiares más complicados. Por favor, trae la paz a (nombre oculto) y a su familia. También pido Tu intercesión, Madre Santísima, para que nuestra comunidad tenga un retiro santo y lleno de espíritu. Concédenos un tiempo seco, Señor, y ayúdanos a acercarnos más a Ti durante el retiro. Señor, por favor, cura la espalda de (nombre no revelado). Gracias por Tus muchas bendiciones. Son demasiado numerosas para contarlas. Jesús, por favor, acompaña a (nombre oculto), que se acerca al final de su vida, Señor. Te ama tanto. Ha sufrido muchos años de cáncer. Si es Tu voluntad, por favor, cúrala. Si no, llévala contigo al Cielo. Ha sido un punto luminoso en la vida de mucha gente y ha animado a innumerables personas de nuestra parroquia. Gracias por su hermoso testimonio de vida y de amor. Protégela y bendícela, Jesús.
Jesús, ¿tienes algo que decirme hoy?
«Sí, hija mía. Hay mucho que decir. He escuchado y recibo cada una de tus oraciones. Son preciosas para Mí. Hay muchos, muchos que sufren. Siempre ha sido así, pero lo es especialmente en estos días. Cuido y amo a cada uno de Mis hijos y estoy muy cerca de los que sufren. Cada alma que sufre está especialmente cerca de Mi Sagrado Corazón. Hija mía, preocúpate por los niños pequeños y por lo que tendrán que afrontar en los próximos días».
Sí, Jesús. Últimamente han estado en mi mente. Por favor, Señor, protege a los niños de todo mal. Madre Santísima, por favor, cúbrelos con Tu manto de protección.
«Hija mía, estarán muy heridos de espíritu cuando se presenten ante ti. El menor desaire o crítica será como un gran golpe para sus frágiles corazones. Sé que tú y (nombre oculto) les trataréis con amor y misericordia. Les acogeréis con los brazos abiertos. Ten siempre presente su necesidad de paciencia, bondad y amor cálido. Necesitarán vuestra presencia, vuestros corazones abiertos y mucha escucha. Con el tiempo, se curarán gracias al amor que reciban de tu familia y de la comunidad, pero hará falta mucha paciencia y amor. También llevará tiempo. Cada alma ha sido creada por Dios de forma única y, por tanto, cada experiencia afectará a los niños de forma diferente».
Señor, ¿cómo podemos saber lo que necesita cada niño? Estoy segura de que Tú ya has hablado de ello. Me preocupa que estemos inadecuadamente equipados para atenderlos, pues no estamos educados para afrontar situaciones traumáticas. No somos psicólogos, Jesús. Sin embargo, he llegado a comprender que, ciertamente, no es por las cualificaciones por lo que se nos llama. Somos muy inadecuados, Jesús. Confiamos en Ti, Señor, y en Tu Madre y en el Espíritu Santo, Su Esposo, para que nos guíen. También buscamos la guía de San José y pedimos al Cielo oraciones y Tus gracias. Contigo, Jesús, todo lo podemos. Señor, ayúdanos a amar como Tú nos pides que amemos.
«Hijito mío, precisamente por tu amor, pido a tu familia que se convierta en una familia sustituta para Mis pequeños y vulnerables hijos que estarán tan desesperados y necesitados. Les darás amor, incluso cuando no sean amables. Sin embargo, con el tiempo la transformación y la curación serán evidentes. Ellos llegarán a amarte a cambio. Recuerda que te llamo a amar, incluso a aquellos que no parecen querer tu amor. Estarán en estado de shock, debido a las circunstancias extremas que presencian y habrá recuerdos profundamente dolorosos de estos acontecimientos que traumatizarán sus pequeños corazones y mentes. Son como pequeñas y delicadas flores, aplastadas bajo el tacón de una pesada bota. Sólo que estas flores no morirán bajo tus cuidados, sino que vivirán para ver la nueva primavera. Hija mía e hijo mío, tendréis el tiempo necesario para vuestros proyectos de construcción, sólo que no os demoréis. Debéis proceder a cada paso del proceso con premura. Haced todo lo que podáis por las cosas que controláis y dejadme todo lo demás a Mí. Continúa empaquetando tus cosas. Proceded con los permisos y todo lo que ello conlleva, pues las cosas empezarán a progresar rápidamente y necesitáis estar en posición. Doy a Mis hijos este tiempo extra, pero es una gracia y no debe desperdiciarse».
(diálogo personal omitido)
Señor, olvidé mencionar el brazo de (nombre oculto) y su curación. Su brazo necesita mucha más mejoría y movilidad. Por favor, cúralo, Jesús. Señor, sé que te pido mucho, pero Tú eres el único que puede curarnos y transformarnos. Gracias por Tu misericordia, Jesús.
«Hija mía, pides ayuda en favor de los demás, y esto procede de un corazón lleno de amor al prójimo. Te he pedido que me traigas cada carga y cada preocupación, y me complace que lo hagas».
Gracias, Jesús. Te quiero. ¿Tienes algo más que decirme?
«Sí, corderito mío. Todo irá bien. Yo te guiaré. Mi Madre te guiará. Atenderás a estos pequeños con gran cuidado. Se sentirán seguros y protegidos en tu casa. Recuerda que también acogerás a Mis santos hijos sacerdotes que también estarán necesitados. Sus necesidades serán diferentes, pero también habrán sufrido pérdidas y necesitarán un respiro entre el tiempo que pasen ministrando a los más necesitados. Los niños de tu casa recibirán cuidados espirituales de los sacerdotes a tu cargo. Yo estaré contigo. Esto te parece desalentador, hija Mía. Lo comprendo, pero te preparo para que todo esté en su sitio. Cualquier otra cosa que se necesite y que no esté disponible de antemano, Yo la suministraré. Confiad en Mí, hijos Míos, para todas vuestras necesidades. Os habéis preparado bien, como se os ha indicado. Hay otros elementos que aún se necesitan, como el ciclo de lecturas para la Misa. Pronto dispondréis de los fondos necesarios para encargarlos y haréis bien en hacerlo. Aseguraos también mantas y toallas adicionales. Serán necesarias y no tenéis suficientes. Muchos se desharán de estos artículos, especialmente de las mantas debido al clima cálido, sin embargo, se necesitarán mantas. Recuerda, corderito Mío, que habrá un periodo de tiempo en el que no podrás comprar estos artículos, y así te lo indico ahora. No os lo sugiero innecesariamente por vosotros, sino por las muchas personas que acuden a vosotros buscando refugio de la tormenta. Todo irá bien».
Señor, recuerdo que nos pediste que compráramos más toallas, paños y sábanas. Compré algunos durante un tiempo, pero creo que no me di cuenta de que necesitábamos aún más.
«Corderito mío, debes hacer lo que te ordene, pues no se puede imaginar la situación que se avecina, pues nunca se ha experimentado en esta nación. Te prepararás para algo que se parecerá a una catástrofe. No digo que vayáis a tener una catástrofe, sólo que lo que se experimentará se parecerá en proporción a cómo os pido que os preparéis. En una urgencia médica, ¿qué se necesita, hija Mía?».
Depende del tipo de urgencia, Señor. En general, el personal médico necesita disponer de suministros como vendas, férulas, medicamentos, incluidos antibióticos, analgésicos, pomadas tópicas, agua estéril y líquidos Iv, etc.
«Sí, hija Mía, y los has asegurado como te pedí. No has mencionado la necesidad de camillas o catres, mantas y sábanas, paños y toallas. Por favor, consíguelos para que estés preparada».
Sí, Señor. Gracias, Señor. Haremos lo que Tú nos pidas. ¡Gracias por prepararnos!
«Sed bienvenidos».
Señor, por favor, prepara los corazones de los sacerdotes y religiosos de esta diócesis y de aquella a la que nos trasladamos. Prepáralos también a ellos, Señor. Ayúdales a acercarse aún más a Tu corazón. Señor, ¿tienes algo más que decirme?
«Sí, hija mía. Tu familia necesita entrar en un periodo de concentración para descansar más por la noche. Cada miembro de la familia necesita descansar más. Me refiero a la cantidad de sueño nocturno; tú y (nombre oculto) en particular. Os pido mucho, me doy cuenta e incluso ahora, hay mucho que lograr y, sin embargo, aunque creéis que la forma de hacerlo es en lugar de dormir, ésa no es la respuesta. Hijos Míos, pedid Mi ayuda y Yo os la proporcionaré. Confiad en Mí, hijos Míos. Se puede lograr todo lo que Yo pido cuando se pone la atención en estas tareas. Hacedlo todo en oración y con la ayuda de vuestros ángeles y de los santos del Cielo. Sed amorosos y misericordiosos con los demás y con vosotros mismos, pues llegará un tiempo en el que no tendréis el lujo de dormir toda la noche. Ahora debéis descansar más, hijo Mío e hija Mía, y confiar en Mí para que os proporcione las condiciones para cumplir lo que os he pedido. Centraos en estas cosas, así como en la oración, el ayuno y la vida sacramental. Os amo y estoy con vosotros. Vete ahora, para que puedas visitar a tu hija y ocuparte de tu familia esta noche. Estoy contigo y voy contigo. Te agradezco el tiempo que has pasado hoy Conmigo, sobre todo cuando no te convenía estar aquí Conmigo. Pequeña Mía, sé que no deseas marcharte en este momento. Te invito a que lo hagas, por otra que te necesita».
Jesús, no sé lo que quieres decir, ni quién es el que me necesita, pero confío en Ti. Haré lo que Tú me pidas.
«Mi querida hija, te quiero y sé lo que es mejor para ti. Yo voy contigo. Ten buen ánimo, porque Yo que Soy, Señor de todo, te amo. Te doy Mi bendición y todas las gracias que necesites para este día. (Sonríe) Ve ahora en paz. Os bendigo en nombre de Mi Padre, en Mi nombre y en nombre de Mi Espíritu Santo. Todo irá bien. Lo que se necesita es confianza. Sé alegría. Sé amor. Sé misericordia. Sois Mis hijos, Mis hijos. Estás a salvo y seguro en Mi Sagrado Corazón y en el Corazón Inmaculado de Mi Madre».
Gracias, mi Señor y mi Dios. Te amo.
«Y Yo te amo».
Origen: ➥ www.childrenoftherenewal.com
El texto de este sitio web se ha traducido automáticamente. Por favor, disculpa cualquier error y consulta la traducción al inglés.