domingo, 6 de febrero de 2022

1er sábado del mes. Nuestro Señor dijo que estaba con los Apóstoles cuando les habló

Mensaje de Nuestro Señor a Valentina Papagna en Sidney, Australia

Por la mañana, mientras rezaba los Misterios Gloriosos del Santo Rosario, y en particular el tercer misterio, el Descenso del Espíritu Santo, meditaba sobre la vida de nuestro Señor Jesús y de la Santísima Madre.

Le dije a nuestro Señor: «Señor, esto es tan hermoso; meditar en el Espíritu Santo significa que, si te lo pidiera, ¿enviarías al Espíritu Santo a todo el mundo? Si el Espíritu Santo descendiera sobre el mundo, todo sería hermoso, Señor, porque entonces todos Te conocerían y Te amarían».

Le dije a nuestro Señor: «Señor, igual que dijiste a los Apóstoles, cuando los Apóstoles y la Santísima Madre estaban junto a Ti, en el Cenáculo de Jerusalén, y les dijiste que esperaran a que Tú fueras al Cielo y entonces les enviarías algo muy poderoso.»

Nuestro Señor respondió: «Sí, dije a los Apóstoles que les enviaría algo más poderoso, que es el Espíritu Santo, para que, cuando reciban el Espíritu Santo, prediquen Mi Santa Palabra y la difundan por todo el mundo.»

Entonces, de repente, me dijo: «Seguramente te sorprenderá lo que voy a decirte ahora. ¿Sabes que ya estabas allí, entre los Apóstoles, cuando Yo les hablaba?».

Me sorprendió lo que me dijo. Le dije: «¡Señor, eso fue hace dos mil años! ¿Cómo podía estar yo allí?»

Nuestro Señor respondió: «En Mi Sabiduría, ya estabas allí, y formas parte de todo esto. Formas parte de la profecía de Mi Santa Palabra».

Me quedé completamente sorprendida y emocionada, pero al mismo tiempo llena de humildad, cuando nuestro Señor me reveló esto.

Le dije a nuestro Señor: «¿Quién puede estar por encima de Ti, Mi Señor? ¡Nadie! Tú estás lleno de misterios y de bellas maravillas. Te doy gracias, Señor, y Te amo».

En Su Sabiduría, nuestro Señor ya sabía por todos nosotros quién vendrá y quién le pertenecerá. Todos somos Sus hijos, y Él nos eligió para que fuéramos Suyos; eligió a los profetas, a los apóstoles y a los sacerdotes. Así pues, en aquel momento, nuestro Señor hizo una Alianza entre el Cielo y la Tierra para difundir Su Santa Palabra y enseñar a la gente hasta el Fin de los Tiempos.

Origen: ➥ valentina-sydneyseer.com.au