domingo, 15 de enero de 2017

Llamamiento Urgente de San Miguel y la Milicia Celestial al Pueblo de Dios.

Como Príncipe del Ejército Celestial os hago un Llamamiento, Milicia Terrestre, para que estéis Listos y Preparados, ¡Porque el Tiempo del Combate Espiritual en Vuestro Mundo está a punto de Comenzar!

Gloria a Dios en el Cielo y en la Tierra paz a los hombres de buena voluntad.

Quien es como Dios, Quien es como Dios, Quien es como Dios. Aleluya, Aleluya, Aleluya.

Hermanos en el amor de Dios, que la paz del Altísimo esté con vosotros, y tanto mi humilde intercesión como mi protección os acompañen.

Se acercan días de batalla espiritual y la inmensa mayoría de la humanidad será sorprendida desprevenida. El mal y el pecado mantienen a esta humanidad cegada, viviendo en un letargo espiritual y dormida. Os aseguro que muchos morirán eternamente. Hermanos, estamos en combate espiritual con las huestes del mal en los lugares celestiales. Pronto estos combates se trasladarán a la Tierra porque será allí donde se librará la batalla final por vuestra libertad.

Como Príncipe del Ejército Celestial apelo a vosotros, milicia terrestre, para que estéis listos y preparados, porque el tiempo del combate espiritual en vuestro mundo está a punto de comenzar. Que vuestra armadura espiritual se engrase con la oración y se fortalezca con el ayuno y la penitencia. Que estéis siempre sellados con la Sangre del Cordero Divino; que no olvidéis invocar al Espíritu Santo, ni la protección y asistencia de nuestra Amada, nuestra Reina y Señora.

Mortales, ha llegado el momento de vuestra liberación; ¡No relajéis vuestra oración! Formad fortalezas con vuestros hermanos y manteneos firmes en la fe, llevando siempre en vuestras manos el poder del Santo Rosario, con el que saldréis victoriosos en el combate espiritual de cada día. Las horas nocturnas serán las más activas en la lucha espiritual; Mi Padre va a tomar el espíritu de muchos de sus instrumentos para luchar con la Milicia Celestial y conmigo contra las fuerzas del mal en las horas de oscuridad.

Hermanos, no olvidéis poneros vuestra armadura espiritual desde la mañana hasta la noche, extendiéndola a vuestros familiares, para que los espíritus malignos no puedan apoderarse de vuestros cuerpos. Os digo que quien se separa de la oración y de Dios corre el riesgo de perderse si no hay nadie que rece por él. Hemos sido enviados para proteger al Pueblo de Dios, pero es vuestra responsabilidad espiritual rezar, ayunar y hacer penitencia. Recuerda que respetamos tu libre albedrío; si no rezas y te separas de Dios, no podremos librarte de los ataques del enemigo de tu alma.

De nuevo os digo: no os acostéis sin vuestra armadura espiritual, porque los demonios van a estar buscando cuerpos para apoderarse de ellos, y también para llevar la batalla a vuestros hogares. Haced de vuestros hogares fortalezas espirituales donde todo estará sellado con la Sangre del Cordero de Dios y ninguna fuerza del mal podrá robaros la paz. Llevad siempre alrededor del cuello el poder del Rosario y las imágenes y medallas sagradas, preferiblemente exorcizadas. Una medalla de la Sangre del Cordero de Dios colgada del cuello te será de gran ayuda en tu lucha espiritual, porque alejará a los demonios encarnados que intentarán atacarte. Puesto que la lucha es espiritual, no entables contiendas con espíritus encarnados, porque eso es lo que busca el adversario: vengarse de ti y hacerte daño. Cuando un espíritu encarnado vaya a atacaros, lo que debéis hacer es sellarlo con la Sangre de Cristo y reprenderlo espiritualmente con la oración, para que no pueda dañaros.

Hermanos, los espíritus malignos de todo tipo y pecado inundarán pronto la Tierra; por tanto, debéis estar preparados espiritualmente, para poder rechazarlos con la oración. Aprended de memoria mi oración de exorcismo dada al Papa León Xiii y mi oración de combate, porque las vais a necesitar para la batalla espiritual. Honra también a mis hermanos, los Arcángeles y Ángeles del Reino de mi Padre; lee la Santa Palabra de Dios y memoriza pasajes bíblicos y salmos de liberación que sirvan para repeler a los espíritus. Tened muchos sacramentales en vuestras casas: agua, sal y aceite de exorcismo, porque los vais a necesitar para ahuyentar a las fuerzas del mal. No olvidéis ungiros con aceite de exorcismo por todo el cuerpo y tomar sacramentales para protegeros de las contaminaciones espirituales que se esparcirán por el aire. Alimentaos de alimento espiritual; Id tan a menudo como podáis al Santo Sacrificio de la Misa, porque se acercan los días en que las Casas de mi Padre se cerrarán y ya no dispondréis de ellas. Así pues, estad preparados y listos porque las batallas espirituales están a punto de llegar a vuestro mundo.

Que la paz del Altísimo habite en vosotros.

Somos vuestros Hermanos y Servidores, Miguel Arcángel y los Ángeles y Arcángeles de la Milicia Celestial.

Gloria a Dios, Gloria a Dios, Gloria a Dios. Aleluya, Aleluya, Aleluya.

Hombres de buena voluntad, dad a conocer nuestros mensajes.