martes, 23 de diciembre de 2014

Un mensaje de cumpleaños de la Virgen para todo el mundo

Soy Yo María, vuestra Madre, la que os habla. Quiero escribir a todos Mis hijos con motivo de la Navidad. Este fue el momento culminante de Mi vida cuando nació Jesús. Sabéis, hijos míos, que cuando nace uno de vuestros hijos es una gran alegría ver su carita y su cuerpecito. Parecen tan pequeños y a algunos los puedes sostener con una sola mano.

Fuimos enviados al mundo para ser hijos de Dios y padres y madres de todos los hijos de Dios. Algunos de nosotros somos madres y padres espirituales de muchos hijos y otros somos madres y padres físicos y espirituales de muchos hijos. Todos somos madres y padres de alguien si nos hacemos mayores en nuestra vida en la Tierra. Todos tenemos muchos hermanos y hermanas espirituales cercanos a los que tratamos como a una hermana o un hermano cariñoso. La mayoría de nosotros tenemos hermanos y hermanas físicos. ¿No veis, hijos míos, que todos estamos unidos como Un Cuerpo en Cristo? Cristo como cabeza y cada uno de vosotros como Sus hijos. Por eso enviamos tantas gracias a Nuestros queridos hijos, para ayudarles a salvar sus almas. Nunca comprenderéis cuán profundo es el amor que Dios y Yo, María, sentimos por cada uno de vosotros, hagáis lo que hagáis en la vida. Os amamos a cada uno de vosotros por igual con todo Nuestro amor. Estamos unidos a cada uno de vosotros en corazón, mente y alma. Nuestro deseo más íntimo es que cada uno de vosotros nos améis de la misma manera. Por cada uno de vosotros que sois Nuestros queridos y amados amigos, daríamos la vida por cualquiera de vosotros todos los días si eso fuera posible. Por eso Jesús murió en la Cruz por cada uno de vosotros y lo hace una y otra vez en cada Misa. Yo entregué Mi vida espiritualmente cuando Él murió físicamente. Muriendo de Yo mismo de todas las maneras mundanas y viviendo tal y como Dios Me pidió que viviera. Deseo que todos Mis hijos mueran de sí mismos y vivan para su Dios del Cielo y de la tierra. Hijos míos sólo quería deciros a cada uno personalmente cuánto os amo. Esta Navidad os enviaré una bendición de Dios más grande y más grande que nunca se haya dado en Navidad desde que el mundo es mundo. Esta es vuestra Madre amorosa con un amor que nunca habéis experimentado. Con amor, Mamá.