sábado, 14 de octubre de 2006

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo

Es mi voluntad que mi Santísima Madre sea reconocida como Corredentora por todas las almas. Ella es la Corredentriz de toda la humanidad. Sufrió en Su Cuerpo Inmaculado a través de heridas místicas todos los dolores y heridas que yo sufrí en Mi propio Cuerpo. Cuando yo obré milagros, Ella también obró milagros conmigo, aunque esto no fue visible a los ojos humanos. Cuando yo me alegraba, Ella también se alegraba conmigo; cuando yo sufría, Ella también sufría conmigo. Siempre estuvo unida a Mí en todo, y sobre todo en la Redención de la humanidad. Mi Madre siempre ha sido la precursora del Hijo, y ahora es la precursora del Espíritu. Solo cuando sea reconocida por las almas como la Corredentora de la humanidad vendrá Mi Reino al mundo y yo reinaré como Dios y Señor absoluto de los corazones. Mi hijo predilecto, paz. Permanece en Mi paz.