Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
sábado, 18 de agosto de 2007
Mensaje de la Muy Santa María

Queridos hijos, Mi Inmaculado Corazón desea que todos tengan amor verdadero y santo en ustedes y que éste crezca cada día más hacia lo infinito, ¡a Dios nuestro Señor!
Siempre deben prestar más atención para que su "yo" corrompido nunca manche en sus almas las obras, oraciones e intenciones con las que desean servir a Dios nuestro Señor.
A menudo el "yo" corrompido se disfraza de amor desinteresado, pero al final, es él quien aún mueve el alma a rezar, a hacer penitencia, a ayudar a los demás y a cultivar la religión dentro de sí mismo.
¡Oh no, hijos Míos! Deben tener amor puro y desinteresado. Luchen contra él con fervientes oraciones, con abnegación y, sobre todo, abrazando con alegría la mortificación de su propio yo.
Acepten las obras más dolorosas.
Acepten las humillaciones.
Acepten el olvido y el desprecio de otros seres humanos.
Acepten las tareas más onerosas y desagradables.
Acepten todo lo que sea difícil y amargo con alegría y amor, pues entonces, hijos Míos, siempre aceptando las espinas y la cruz, su propio yo se mortificará y morirá. Y entonces su voluntad rebelde, indigna, egoísta finalmente será vencida y aniquilada en el bien desinteresado. Por amor desinteresado. Por fe desinteresada y el deseo de santidad que busca sólo complacer y contentar a Dios.
Para que ustedes hagan progreso espiritual en la santidad deben, hijos Míos, abrazar la ROSA AMARILLA, la rosa de la penitencia. Sólo de esta manera pueden crecer en santidad para que su "yo" desaparezca para que Cristo se muestre en su lugar. Harán como lo hizo Juan el Bautista, diciendo: ¡Debo disminuir para que Él, Cristo, crezca!
Sí, para que Cristo crezca y ocupe toda su alma, su propio "yo" debe disminuir y desaparecer. Hasta que su "yo" disminuya y desaparezca, hasta que su propia voluntad, sus apegos desordenados continúen ocupando todo el espacio de sus almas, Cristo no podrá crecer y ocupar todo su corazón.
Por lo tanto, pequeños hijos, los invito a imitarme.
Yo, aunque Santa y Concepción Inmaculada, siempre me tuve como la última de los pecadores.
Me consideraba la bestia más vil y siempre traté de mortificarme renunciando a todo lo que podía para dejar el templo de mi alma completamente preparado, adornado, perfumado y DESCONTADO para mi Señor.
Es cierto que por mi Concepción Inmaculada nunca tuve ningún deseo, impulso o inclinación desordenada en Mí, pero esto no me impidió también renunciar voluntariamente en Mi plena libertad a todas las cosas del mundo y abrazar libre y espontáneamente Mi voluntad, las obras, los dolores, las humillaciones, el olvido, los sufrimientos, la POBREZA, la persecución y finalmente la cruz.
Por esta razón, pequeños hijos, si quieren seguirme en el camino de la santidad, sigan Mis ejemplos, imiten Mis virtudes! Síganme en la mortificación de ustedes mismos y entonces verdaderamente me seguirán en el camino de la verdadera santidad que complace y contenta al Altísimo inmensamente.
Les doy la Paz. Permanezcan en Mi Paz, hijos Míos. Paz a ustedes Marcos, el más amado de los Míos!"
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