Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
lunes, 1 de enero de 2018
Mensaje de María Santísima

(Marcos): Sí. Sí, mamá, lo haré. Sí, lo haré.
Haré exactamente lo que ha dicho la Señora.
Sí, mamá, lo haré. Sí, sí, Mamá, lo haré.
(María Santísima): «Queridos hijos, hoy celebráis mi Fiesta como Madre de Dios.
Yo soy la Madre de Dios, con mi «Sí» traje al mundo a mi Hijo Divino Jesucristo, que es verdadero Hombre y verdadero Dios.
Por tanto, soy la Madre de Dios, y como Madre de Dios, en verdad, tengo un gran poder sobre el Corazón de mi Hijo, porque le di el ser humano con el que os redimió y os salvó muriendo en la Cruz y resucitando.
La Carne de mi Hijo sacrificada en la Cruz, la Sangre de mi Hijo derramada en la Cruz le di. Por eso soy su verdadera Madre, y él tiene conmigo una gran deuda de Gratitud y Amor por haberle dado el «Sí» que le permitió venir al mundo para redimir a toda la humanidad.
Por eso, gozo de todo favor con el Corazón de mi Hijo, y donde se crea que todo lo puedo con mi Hijo y que mi Hijo siempre me atiende y que soy Señora sobre su Corazón, allí estarán las grandes Gracias de mi Amor de Madre y de mi Poder.
También soy la Reina de la Paz, hoy es el Día Mundial de la Paz, de la Confraternización y de la Paz. Soy la Reina de la Paz, y con este título he aparecido en muchos lugares y también he venido aquí como Reina y Mensajera de la Paz, para deciros a todos Mis hijos que la Paz del mundo está en gran peligro.
Y ahora necesitamos multiplicar los cenáculos de oración en todas partes por la Paz del mundo, para que hoy todavía podamos alcanzar del Señor la Gracia de la Paz duradera, para este mundo inquieto, lleno de guerras y sin paz.
Sin Paz el hombre no puede salvarse, por eso Satanás se esfuerza tanto por destruir la Paz del mundo, porque sabe que sin Paz el hombre no puede practicar las Virtudes, no puede orar, no puede crecer verdaderamente en la Santidad como Dios quiere.
Por eso es necesario que todos vosotros multipliquéis los cenáculos de oración por todas partes, que recéis por la Paz, para que podamos proteger la Paz, podamos defender la Paz y podamos difundir la Paz cada vez más.
Los planes de Satanás son destruir no sólo vuestras almas, sino incluso el mundo en el que vivís. Por eso es necesario rezar por la Paz, porque sin este mundo no podréis rezar, no podréis practicar las virtudes para alcanzar el Cielo.
Por eso, hijos míos, Satanás se esfuerza por destruir este mundo. Lo venceremos juntos con el Rosario en la mano. Para que este mundo en el que vivís tenga la Paz necesaria para que podáis crecer en las Virtudes, en la Santidad y así alcanzar un día la Felicidad y la Gloria del Cielo.
Multiplicad los cenáculos por todas partes; enseñad a todos a rezar Mi Rosario Meditado.
¡No pierdas el tiempo! Llevad a Mis hijos el conocimiento de todos Mis Mensajes, de las Películas y Horas de Oración que Mi obediente hijito Marcos ha hecho para vosotros.
Para que así el mayor número de almas puedan unirse a vosotros para rezar por la Paz, y así con Mi Ejército de Paz, Yo pueda derrotar todos los planes de odio y maldad de Satanás.
Rezad, porque ahora Satanás pretende hacer caer a muchos en el pecado, hacer que muchos pierdan su salvación. Rezad y velad por vosotros mismos, hijos míos. Y rezad por todos, para que nadie escuche y sea seducido por Satanás.
Muchos creerán realmente que tienen razón, pero estarán perdiendo sus almas en el pecado.
Perseverad en el Camino de la Oración y de la Santidad donde os he puesto, y no perdáis Mis Cenáculos aquí por nada. Porque en verdad os digo Un Cenáculo como éste que os hace mi hijito Marcos vale más y tiene más provecho que un retiro de 10 días a pan y agua. Porque en estos Cenáculos, derramo Mi Llama de Amor Ardiente en vuestros corazones a través de las Oraciones, de la Palabra de mi hijito Marcos.
Y aquí, en estos Cenáculos, oráis verdaderamente con el corazón, como en ningún otro lugar podríais orar. Y aquí, a través de las Meditaciones de Mis Mensajes y de las Oraciones que aquí se hacen, el Espíritu Santo mismo se comunica a vosotros con todos Sus Dones y todo Su Amor.
Abrid vuestros ojos y vuestros oídos espirituales a toda esta Riqueza Espiritual. Para que, hijos Míos, se destruya en vosotros toda miseria y pobreza interior, y Yo os enriquezca con los grandes Tesoros de Mi Amor de Madre.
Hoy doy la Indulgencia Plenaria a todos los que recen cada día Mi Rosario de Paz, Mi Hora de Paz. También doy la Indulgencia Plenaria a todos los que traen Mi Medalla de la Paz, y que rezan Mi Rosario con Amor cada día.
También doy la Indulgencia a todos Mis hijos que con Amor, cada año, vienen aquí en esta Fecha para alabarme y honrarme en Mi gran Misterio de la Madre de Dios.
Sí, porque soy la Madre de Dios, he sido elevada a una cierta igualdad con las Personas Divinas, por un número casi infinito de gracias, como os enseñaron Mi Tomás de Aquino y Mi Afonso de Ligório.
¡Sí! Mi Santidad es tan grande que bordea los límites de la Divinidad, y quien crea en Mi Poder, en la vida de este hijo Mío realizaré las grandes Gracias de Mi Poder Materno.
A todos, bendigo con Amor de FÁTIMA, de LOURDES y de JACAREÍ».
(San Cuniberto): «Marcos, Yo, Cuniberto, estoy feliz de venir hoy aquí para darte este Mi Mensaje. ¡Estoy feliz de venir aquí para daros este Mensaje a todos vosotros, mis queridos hermanos!
Sí! Yo, Cuniberto, Sierva del Señor y Madre de Dios, os bendigo hoy a todos y os digo: Buscad el Amor. Buscad el Amor, buscad el Amor con un corazón puro, con un corazón abierto, con un corazón ensanchado hacia el Señor.
Buscad el Amor mientras Él se deja encontrar. Buscad el Amor mientras Él está aquí, cerca, al alcance de vuestros corazones.
Buscad el Amor mientras el Amor se da, mientras el Amor se derrama aquí, generosamente, a todos los que Le desean.
Abrid vuestro corazón a este Amor Divino que es Jesús mismo, que es el Espíritu Santo del Amor.
El Señor vino aquí con gran Amor y Bondad para dar Su Divina Caridad a todos. Sólo quien no quiera recibirla, sólo quien no quiera y endurezca su corazón para el Señor, no la recibirá.
Abrid vuestro corazón a ese Amor, dejad que ese Amor penetre en vuestros corazones, hasta que finalmente vuestras almas sean Verdaderas Llamas de Amor por el Señor.
Es del Amor de donde nace la Paz; mientras el ser humano no tenga Amor en su corazón, nunca tendrá Paz. El Amor es Jesús, el Amor es Dios, y mientras el hombre no tenga a Dios en su corazón, reinando en su corazón, nunca tendrá Paz. Siempre estará insatisfecho, siempre estará ciego, buscando en las cosas mundanas un amor que nunca encontrará, nunca satisfará su corazón en los placeres de este mundo, de las cosas mundanas.
¡El hombre debe tener el Amor Verdadero en su corazón, y para ello debe rezar, rezar, rezar!
Sin la oración el hombre no puede llegar a Dios, y por tanto no puede llegar al Amor.
Por tanto: Rezad, rezad, rezad hasta que vuestra oración se convierta en Amor, para que Dios pueda vivir en vuestros corazones, y a través de vosotros irradie Su Amor a todos los que no Le conocen, para que la Paz triunfe en el mundo.
Rezad el Rosario todos los días, porque con él vuestros corazones se vuelven cada vez más dóciles, abiertos y bien preparados para recibir este Fuego del Amor Divino del Señor.
Yo, Cuniberto, os quiero mucho a todos, rezo por vosotros todos los días, y nunca os dejo solos cuando estáis en tribulación, cuando estáis sufriendo.
Mi querido Marcos, ¡cuánto te quiero! Hace muchos años que te protejo, te guardo, te defiendo, y también te protejo, te guardo y te defiendo, mi querido hermano Carlos Tadeu.
Sí! yo también te vi, y vi a mi querido Marcos en vida, porque la Mater una vez me te mostró en visión y me encomendó que rezara por ti, que rezara por este Santuario.
¡Sí! Grande es la Misión que la Mater tiene para ti, mi querido hermano Carlos. ¡Sí! Prepárate con mucha oración porque la Mater prepara grandes cosas para ti.
¡Sí! Grande es Su Amor por ti, grande es la Misión que Ella te reserva, y grande será también la cantidad de almas que se salvarán por su «Sí» y por lo que la Madre de Dios hará a través de ti.
¡Reza, confía, espera! Y Ella ama, ama siempre a quien te amó mucho más que muchas generaciones. Y ama también al hijo que te dio, a través del cual has recibido tantas gracias ahora, y aún más recibirás.
¡Sí! En verdad, este hijo que se os dio fue dado para vuestra Santificación, para vuestra Salvación y la de muchas almas.
Sí, fue un gran regalo, el más grande que el Señor os ha dado. Igual que yo fui un gran regalo del Señor a mis padres, salvando a mi familia con mis oraciones y mis méritos. Así como yo fui un gran regalo del Señor a mis padres, salvando a mi familia gracias a mis oraciones y a mis méritos, así también el hijo que el Señor y la Virgen Inmaculada os dieron será causa de gracia, de bendiciones y de mucha salvación.
¡Alégrate! Porque tu nombre está escrito en el Cielo, está escrito en el Corazón de Jesús y está escrito en el Corazón del Padre.
Yo te bendigo y estoy siempre contigo en todos tus sufrimientos. Rezadme, llamadme, y Yo os ayudaré.
A todos amo, a todos prometo Mi Protección siempre que me llaméis, y a todos os bendigo ahora generosamente con Amor.
(Marcos): «Querida Madre Celestial, ¿serías tan amable de tocar estos Tercios y Objetos que hemos hecho para la oración y protección de tus hijos?
(María Santísima): «Como ya he dicho: Allí donde llegue uno de estos Rosarios u Objetos Santos, allí estaré Yo viva, portadora de las grandes Gracias del Señor.
Hijos míos, continuad rezando el Rosario cada día.
A todos bendigo de nuevo y dejo mi paz.
(Marcos): «Hasta pronto, querida Mamá. Hasta pronto, querido San Cuniberto.
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