Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil

 

domingo, 3 de junio de 2018

Mensaje de Nuestra Señora y de Santa Lea

 

(Marcos): ¡Alabada sea por siempre!

Sí, lo haré. Sí, lo haré.

Haré lo que la Señora desee.

Sí, lo haré. Todos los que la Señora quiera.

Sí, lo haré.

Sí, continuaré.

Me alegro de que al menos eso haya disminuido. Sí. ¡Qué bien!

¿Ya estás más aliviado?. ¡Qué bien! Eso es todo lo que quiero. ¡Todo!

No me gusta verte así.

Me gusta hacer todo lo posible para ayudar y ver a la Señora siempre feliz. ¡Siempre! Siempre!»

(María Santísima): «Queridos hijos, hoy os invito de nuevo a vivir los Mensajes que di en La Codosera:

- Más amor a la Pasión de Jesús que está tan olvidada.

Rezad la Ruta de Jesús todos los viernes.

Conviértanse también, arrepiéntanse de sus pecados, recen el Rosario todos los días. Rezad el Rosario de mis Siete Dolores y procurad ofreceros como almas intercesoras por la humanidad, como pedí a mis hijitos a los que me aparecí.

Para que entonces podáis ofrecer vuestras vidas a Dios como intercesores por la humanidad y con vuestras oraciones, sacrificios y sufrimientos diarios, aceptados y ofrecidos con Amor, detengáis la ola de pecado que todo lo arrastra y sumerge.

Detened también los rayos de la Ira de DIOS, que cada vez más, quieren bajar a la tierra y abatir naciones enteras por los crímenes atroces que cometen cada día. Y alcanzar de Dios, una vez más, el milagro de Su Divina Misericordia para este mundo que ya ha tocado el fondo de su corrupción y maldad.

Sólo cuando haya una corte numerosa de almas intercesoras, de almas sacrificadas, que se ofrezcan Conmigo al Padre para alcanzar la Misericordia. Sólo así se detendrán los planes del Infierno y finalmente Satanás será aniquilado.

He venido aquí, como en La Codosera, a buscar a estas almas.

Sed las rosas rojas místicas del sacrificio, del amor sacrificado, que se ofrecen cada día Conmigo al Padre para alcanzar la Gracia de la Salvación para tantas almas, que por haber caído tan profundamente en el abismo del pecado, ya no pueden levantarse sin la ayuda de un gran milagro de Dios obtenido e impulsado por las oraciones y sacrificios de las almas buenas, de las almas generosas, que saben amar, sufrir, reparar y ofrecer Conmigo un gran poder de intercesión por tantas almas necesitadas.

Sed Mis hijos, las rosas rojas, que con sus lágrimas diarias, con sus pequeños dolores cotidianos y sus sacrificios espontáneos, Me ofrecéis cada día una gran guirnalda mística de rosas místicas de sacrificio, para que Yo ofrezca a la Santísima Trinidad.

Y cada una de estas Rosas Místicas de sacrificio y de oración, ¡se convierten en nuevas almas tocadas por la Gracia y convertidas al Amor del Señor!

Rezad Mi Rosario todos los días, porque el alma que reza Mi Rosario siente la necesidad de amar y de reparar, de sacrificarse y de entregarse a Mí por la Salvación de este mundo que ya ha tocado el fondo del precipicio, de la inmoralidad y del pecado.

Las almas que rezan Conmigo Mi Rosario tienen el corazón abrasado de amor y este amor lleva a estas almas a hacerlo todo, a sufrir y a ofrecerse por la Salvación de la humanidad.

Sed estas Rosas Místicas, dad vuestro «Sí» a Dios, convertíos mientras aún estáis a tiempo. Mi pequeño hijo Marcos lo dijo muy bien

'El tiempo de la Enseñanza está a punto de terminar y pronto cada uno recibirá su nota de aprobación o desaprobación.

Aprende mientras aún estoy aquí como Maestro de Vida, Amor y Sabiduría para enseñar a todos lo que agrada a Dios.

Mortifica tus ojos, no mires lo que te lleva al pecado.

No mires lo que te lleva a tener malos pensamientos y deseos.

No mires lo que te ofrece el mundo, lo que te ofrece el diablo. Mantened puros vuestros ojos, tanto del cuerpo como del alma, buscando sólo y únicamente ver lo que edifica vuestras almas, lo que hace bien a vuestras almas, lo que inspira vuestro deseo del Cielo, de la Santidad, de Dios.

Mortificad vuestros oídos no escuchando nada que os conduzca al mal. Sobre todo, no escuchando tantas voces diabólicas de mi Enemigo, que aún hoy os invitan a abandonar a mi Hijo Jesús a mí, a la oración, a la práctica de mis Mensajes para buscar sólo y únicamente la vida de los placeres.

Por último, renuncia al gusto, haciendo el sacrificio de no comer lo que te gusta y de comer a menudo lo que no te gusta y ofreciendo los pequeños sacrificios diarios a Dios por la Conversión de la humanidad.

Mortifica tus sentidos en todo y en cuanto puedas, para que de este modo, teniendo el cuerpo protegido del mal, el alma también pueda ser preservada y cada día pueda crecer más bella a los ojos de la Santísima Trinidad, más llena de Luz, de Gracia y de Santidad.

Vive una vida de gran austeridad. No aceptes los placeres del mundo, huye de ellos. Pues la guerra contra el pecado, contra la tentación, sólo se gana huyendo de ella y refugiándose en mi Corazón Inmaculado mediante el Rosario, la Meditación, el Silencio y la Oración Mental.

A todos os doy las gracias por haber venido, a todos os doy las gracias por vuestro amor hacia mí, por todo lo que hacéis por mí.

A todos os agradezco vuestros esfuerzos por ayudarme a salvar a Mis hijos y a hacer que cada vez más Mis Mensajes de Amor sean conocidos y obedecidos por todos.

Gracias hijitos, ¡continuad! ¡No os detengáis! Porque aunque seáis pequeñas luces como la llama de una vela en el mundo. Si sois muchas llamas, si las llamas se multiplican, un día brillará una gran Luz.

Y entonces, finalmente, disiparé las tinieblas de Satanás por un milagro del Amor de mi Corazón Inmaculado y la Victoria de mi Llama de Amor.

Os doy las gracias a todos, seguid el ejemplo de mi hijito Marcos, que esta semana ha ofrecido tantos dolores de cabeza que le permito tener por la noche, por algunas intenciones. Ofrecer por algunas almas, por Mis Planes Maternos y por la conversión de los pecadores, atormentado de noche con este dolor y de día atormentado por los otros dolores que le permití tener en su cuerpo. Y sin embargo no se quejaba y todo el tiempo sólo ofrecía.

Sigue este ejemplo: Ofrece todo lo que el Señor te permita sufrir. Porque estos sufrimientos que me ofrezcáis con vuestras oraciones tendrán un gran poder místico para salvar a muchas almas, incluidas las de vuestros familiares que tanto pecan y sin estos sacrificios se perderán para siempre.

Oración, Sacrificio es Amor que asciende al Cielo, y en respuesta, del Cielo desciende el milagro de la Conversión, Salvación y Primavera Espiritual para tantas almas.

A ti, mi amado hijito Marcos, por todo lo que sufres y Me ofreces, por todo lo que has hecho, te doy las gracias. A todos los que trabajan en Mi Santuario también les doy gracias.

Y a ti, hijito mío Carlos Tadeo, por todo lo que has hecho: por los Cenáculos tan hermosos, tan intensos y llenos de amor que haces por Mí.

Yo también te doy las gracias, hijito, y de nuevo te digo: Sigue haciéndolo, sigue consolando a mi Corazón, sigue salvando almas, sigue dando gloria al Sagrado Corazón de mi Hijo Jesús.

¡Mamá está contigo, te ama y te bendice!

A todos, bendigo ahora a Montichiari. de La Salette. y Jacareí».

(Marcos): «¡Por siempre alabados!».

(Santa Lía): «Queridos hermanos Míos, Yo, Leay, sierva del Señor y de la Madre de Dios, estoy feliz de venir a dar Mi primer Mensaje aquí en este lugar que es la piedra preciosa de Mi Amor y de Mi Corazón.

Para dar mi primer Mensaje a este mi amado hermano Marcos Tadeo, a quien tanto amo y a quien siempre protejo, defiendo y guardo de todo mal.

Yo, Léia, os llamo a todos: ¡Amad a la Madre del Amor! La Madre del Amor Eterno que no es amada.

Ah, cuando estaba en la tierra, la amaba tanto, ¡amaba tanto a Dios! Lloré y dije: '¡La Madre del Amor no es amada! El Amor no es amado y la Madre del Amor es despreciada.

Cómo deseaba tener lágrimas mucho más abundantes que las aguas de todos los mares, llenarlos con mis lágrimas hasta desbordarlos. Para que los hombres comprendieran cuánto sufrí al ver que la Madre del Amor Eterno no es amada.

¡Ah! ¡Cómo deseaba tener una voz muy poderosa para que el mundo entero pudiera oír Mi voz llamándoles al Amor de Nuestra Señora, la Santísima Virgen María!

Ah! Mi Corazón se consumía día y noche de dolor mortal por ver que no sólo no se amaba al Amor, sino que tampoco se amaba a la Madre del Amor.

Ah! Mis ojos se derramaban, rebosaban de lágrimas día y noche y eran continuamente mi pan.

Hablé a todos los que podían amar al Amor, ¡para que amaran a la Madre del Amor Eterno y Hermoso! Pero Mi voz cayó en un inmenso desierto.

Sí, decidí ofrecer Mi vida al Señor y a Su Madre para que Mi vida como Sacrificio perfecto de Amor pudiera llegar a todas las almas de la Tierra: La Gracia del conocimiento de la Verdad Eterna, la Gracia del conocimiento del Amor Eterno, el conocimiento de la existencia de la Madre del Amor Divino.

Y que toda la humanidad pudiera corresponder a este Amor. A este Amor Materno que nos trajo la Salvación, que salvó al mundo con Su «Sí», y que con Su Obediencia hizo estallar el abismo que Nuestra Madre Eva y Nuestro Padre Adán habían abierto entre Nosotros y el Creador.

Sí, mientras lloraba de éxtasis y alegría meditando cómo con un «No», con un acto de desobediencia y soberbia Nuestra Madre Eva Nos abrió el infierno. Y como María Santísima, la Madre del Amor Eterno con un acto de Amor, de Humildad, de Obediencia a Dios, Nos abrió el Cielo.

Ah! Esto me llevó a profundas lágrimas de amor, al más profundo y ardiente éxtasis de Amor. Y quise que todos los hombres conocieran este Amor, sintieran este Amor y se abrasaran con este Amor.

Por eso he venido aquí, he venido a decíroslo: Abrid vuestros corazones para conocer este Amor. Pedidme la Gracia de conocer este Amor, de sentir este Amor, de tener esta Llama de Amor, que Yo os alcanzaré esta Gracia con Mis méritos.

Deseo tanto quemar a todos los hombres con esta Llama Ardiente de Amor. Pídeme esta Llama y Yo la daré a todo el que la pida. Daré y daré con largueza, con abundancia.

Rezad el Rosario todos los días, porque con el Rosario siempre puedo quemar vuestros corazones con esta Llama Divina de Amor.

Huid de todas las cosas mundanas que secan vuestros corazones y vuestras almas y los transforman en desiertos donde muere todo bien.

Rezad, meditad, buscad una vida de profundo amor e intimidad con el Señor.

Yo, ¡os bendigo a todos, os amo a todos y os protejo de todo mal!

Te quiero mucho, querido hermano Marcos, estoy cerca de ti. Soy uno de los santos que te protege y te guarda siempre.

Y también te bendigo a ti, mi querido hermano Carlos Tadeo, no te puedes imaginar cuánto te quiero.

¡Oh sí! Ojalá pudiera volver a la tierra y sufrir de nuevo todo lo que he sufrido para poder ofreceros, para conseguir para vosotros todo el bien y toda la Gracia del Señor.

Pero el Señor me dijo que lo que sufrí en Mi vida y ofrecí por vosotros y por Nuestro amado Marcos, a quien también supe por revelación divina que existiría en el futuro y a quien le sería confiada una gran Misión.

Y tú te unirías a esta alma privilegiada, para terminar con ella el último Plan de Salvación de la humanidad realizado por el Señor y Su Madre.

Sí, ofrecí entonces los sufrimientos de toda Mi vida por ti, para que ahora recibieras todo el bien, toda la Gracia del Cielo. Sí, os amo, os conozco en Dios desde hace siglos y os amo también en Dios.

Así que no tengas miedo de nada, Yo estoy siempre contigo, siempre junto para defenderte, guardarte y apoyarte. Ahora estoy sobre ti con Mi Manto de Luz para guardarte y liberarte siempre de todos los lazos del mal, del Enemigo.

Sí, nunca debes temer nada, porque a tu lado hay una hermana que te ama desde hace siglos, que ha ofrecido su vida como sacrificio de Amor por ti.

A tu lado tienes a un poderoso abogado que reza por ti todos los días, especialmente a la una de la tarde. A esa hora me postro ante el Trono de la Santísima Trinidad, de la Santísima Virgen y hago por ti una oración privada muy especial y ardiente.

A esa hora derramaré sobre vosotros Gracias y Bendiciones Especiales, y también derramaré sobre este Lugar, sobre mi Amadísimo Marcos y sobre esta Obra de Salvación. A esa hora, cuando sea la 1 de la tarde, eleva tus pensamientos hacia Mí, pide Mi Bendición y en ese momento te daré esta Bendición con largueza.

Te amo, tu nombre está escrito aquí en Mi Manto, justo donde Mis manos están unidas y donde te aprieto a Mi Corazón.

A todos bendigo con Amor ahora y sobre todos derramo mis Gracias de Amor y de Paz».

(María Santísima después de tocar los rosarios y las imágenes): «Como ya he dicho, allí donde llegue uno de estos rosarios, imágenes, allí estaré Yo viva y conmigo también mi Hija Lea portadora de grandes Gracias del Señor.

Ahora todos bendecimos y de nuevo damos nuestra paz».

Orígenes:

➥ MensageiraDaPaz.org

➥ www.AvisosDoCeu.com.br

➥ www.AparicoesDeJacarei.com.br

El texto de este sitio web se ha traducido automáticamente. Por favor, disculpa cualquier error y consulta la traducción al inglés.