lunes, 17 de octubre de 2016

Lunes, 17 De Octubre De 2016

Lunes 17 de octubre de 2016: (San Ignacio de Antioquía)

Jesús dijo: «Hijo mío, te estoy mostrando el tejado verde de tu letrina que necesita ser completado con la nueva pieza de chapa correcta que te enviaron hace poco. Tu contratista estaba dispuesto a venir y terminar este trabajo. Podrías darle un donativo por su trabajo. De nuevo, os estoy presionando para que terminéis vuestros proyectos, para que estéis preparados cuando envíe gente a vuestro refugio provisional. En el Evangelio ves a un hombre rico que tenía una cosecha abundante. Derribó sus graneros más pequeños para construir otros más grandes, de modo que pudiera almacenar toda su cosecha. Cuando almacenó el grano, pensó que podría relajarse y vivir de su cosecha. Le llamaba tonto, porque almacenaba tesoros para sí mismo, y no para los demás. Aquella noche le quitarían la vida, y le pregunté a quién iría todo su tesoro, porque no podría llevárselo más allá de la tumba. Tu vida es breve en esta tierra, y se te ha puesto aquí para que Me conozcas, Me ames y Me sirvas. No estás aquí para acumular riquezas sólo para ti, sino que debes compartirlas con los demás. Por eso, cuando veas a alguien necesitado y puedas permitirte compartir tu riqueza sobrante, es tu deber ayudar a los demás en acción de gracias por todos los dones que te he dado.»

Dijo Jesús: «Pueblo mío, os estoy mostrando los primeros bancos de una iglesia, pero vuestras iglesias están lejos de estar llenas. Veis a muchas personas sentadas más atrás en la iglesia porque tienen miedo de comprometerse a construir Mi Iglesia. Mi pueblo fiel, que Me ama de verdad, quiere estar Conmigo todos los días en la Misa de la semana. Esas personas, que sólo vienen a Misa los domingos, podrían estar viniendo más por obligación a Mi Tercer Mandamiento que porque realmente quieran estar Conmigo en la Sagrada Comunión. Mis verdaderos creyentes también quieren que Yo sea el centro de sus vidas, y anhelan estar Conmigo en la Adoración diaria de Mi Eucaristía. Los católicos tibios, que no vienen a la Misa dominical, sólo acuden a Mí por posesiones materiales, o cuando son probados por la muerte o enfermedades graves. Mi pueblo necesita comprender que dependéis de Mí para todo en vuestras vidas. Todo lo que tenéis, ha venido de Mis dones. Pido a Mis fieles que hagáis todo lo que podáis para animar a las almas a venir a Mí, para que Yo pueda salvar sus almas. Cuando Me améis, querréis compartir Mi amor con todos. Pídeme que te dé todas las gracias necesarias para servirme en el amor y para ayudar a salvar las almas de tu prójimo para Mi mayor gloria».