sábado, 27 de mayo de 2017

Sábado 27 De Mayo De 2017

Sábado 27 de mayo de 2017: (San Agustín de Canterbury)

Jesús dijo: «Pueblo mío, sabéis que Yo soy todo amor, y comparto Mi amor con el amor de cada familia. La familia formada por la madre, el padre y los hijos debe ser la unidad básica de vuestra sociedad. Os he dado ejemplos con Adán y Eva, y con Mi Sagrada Familia. La familia tradicional de un hombre y una mujer se casan en Mi Iglesia con el sacramento del Matrimonio, donde Yo soy el tercer miembro de la pareja. La familia moderna ha sido atacada por el divorcio y los matrimonios homosexuales. Hay que fomentar el amor entre los cónyuges para que no haya infidelidad. Otro ataque a la familia es que hay parejas que no se casan, sino que viven juntas en fornicación, lo cual es malo para sus almas y para cualquier hijo que sea resultado de esta unión. Como la gente no sigue Mis Mandamientos, vuestras familias no están completas y, en algunos casos, sólo tienen a uno de los padres en casa. Estas situaciones dificultan que vuestros hijos encuentren el amor, y tenéis mucha influencia de las adicciones a las drogas y a los aparatos electrónicos. Como resultado, los niños tienen problemas con su educación y para conseguir trabajos significativos. Debido a que se eliminó la oración de las escuelas y a que menos gente acude a la iglesia, hay muchas personas que Me ignoran o no Me buscan con amor. Hay una gran necesidad de que Yo esté en la vida de todos para ayudarles, pero necesitan invitarme y arrepentirse de sus pecados. Hasta que vuestro país no pueda restaurar el matrimonio adecuado en vuestra sociedad, no tendréis paz ni una vida normal. Ponedme en vuestras vidas, si la gente quiere venir al cielo. Animad a vuestros hijos a tener familias con un compromiso matrimonial sin vivir en pecado. Siguiendo Mis Mandamientos de amor, entonces tendréis paz y armonía entre vuestro pueblo».

Jesús dijo: «Pueblo mío, te estoy mostrando las persianas de una ventana que pueden estar abiertas o cerradas. Esto representa a un alma que puede estar abierta a Mí para que Yo pueda entrar, o puede estar cerrada y Yo no pueda entrar. Esta es la decisión de libre albedrío de cada alma. También hay otra puerta que puede cerrarme a esa alma, y es cuando un alma está en pecado mortal. En ese caso no hay gracia en un alma, y el alma está en total oscuridad, y es más susceptible de seguir pecando. Así que si quieres permitirme entrar en tu corazón y en tu alma, necesitas abrir la puerta de tu alma y confesar cualquier pecado mortal que haya en ella. Cuando un alma está unida a Mí en una relación de amor, puedo ayudar a esa alma con Mis gracias, y tu ángel de la guarda también puede ayudarte. El pecado mortal apaga estas relaciones, y por eso es tan importante que confieses tus pecados mortales inmediatamente, y tus pecados veniales al menos una vez al mes en la Confesión frecuente. También podrías amarme en tus oraciones e intenciones diarias. Conságrame todas tus acciones cada día, y Yo te ayudaré en todas las luchas de la vida».