domingo, 2 de julio de 2017

Domingo, 2 De Julio De 2017

Domingo 2 de julio de 2017

Jesús dijo «Pueblo mío, cada vez que tus parientes se reúnan en Misa, o para celebrar una fiesta o una comida al aire libre, debes acordarte de rezar para que todas sus almas se salven del infierno. Os he dicho muchas veces que vuestras almas son vuestra posesión más importante, y que debéis protegerlas del demonio. Las lecturas hablan de una recompensa en el cielo por seguir una buena vida en la tierra. Para ganar el cielo, necesitas arrepentirte de tus pecados y amarme a Mí y a tu prójimo con buenas obras. Puede que tengas familiares que no recen o que no Me adoren los domingos. Éstas son las almas que necesitan tus oraciones para salvarse. No querrás ver a ninguno de tus familiares languidecer en las llamas del infierno. Por eso dependo de los guerreros de la oración de cada familia para que recen por salvar a las almas de tu familia del infierno. En el juicio cada alma tiene que aceptar amarme, o la otra opción es perderse en el infierno. Seguid rezando persistentemente cada día para salvar las almas de vuestros familiares del infierno. Por vuestras oraciones todos encontraréis vuestra recompensa en el cielo».

Jesús dijo: «Pueblo mío, te he llamado para que sigas el camino estrecho y recto hacia Mi Reino de los cielos. Este camino es largo, lo que significa que hay mucho tiempo para que seáis probados en esta vida con toda clase de desastres. Cuando mires atrás en tu vida, nadie escapa de sufrir algunas pruebas. Podrías ver enfermedades y muertes entre tus familiares y amigos. Podrías sufrir algunas pérdidas económicas personales, o algunos problemas de salud personales. Siempre que estés haciendo cosas buenas por Mí, podrías ver cómo el diablo te ataca a ti, o a las personas que te ayudan. Todo esto forma parte de tu vida, pero debes mantenerte centrado en seguir el camino estrecho, aunque tengas desvíos o baches en el camino. Amo a todo Mi pueblo, y haré que Mis ángeles te protejan de cualquier distracción de los malvados. Sigue amándome en tus buenas obras y en tus oraciones, y tendrás Mi recompensa celestial».