martes, 7 de noviembre de 2017

Martes, 7 De Noviembre De 2017

Martes, 7 de noviembre de 2017: (Día de las elecciones)

Jesús dijo «Pueblo mío, hoy es día de elecciones y vais a votar para elegir vuestros cargos y propuestas locales. Debéis estar agradecidos por vivir en una república democrática en la que vuestro pueblo puede elegir a sus cargos. En el Evangelio llamo a la gente para que venga a Mi banquete en el cielo, pero muchos dan diversas excusas para no venir. Entonces llamé a todos para que eligieran entre amarme a Mí o al mundo. Muchos fueron llamados a Mi banquete, pero sólo unos pocos son dignos de entrar. Sólo aquellas personas que Me amen y se arrepientan de sus pecados podrán entrar en Mi banquete final en el cielo. Otros son llamados, pero Me rechazaron, o sus pecados les impidieron entrar. Tienes que entregarme tu voluntad y dejar que Yo te guíe al cielo. También estás llamado a dar fruto en buenas obras para tu prójimo. También necesito almas fieles para evangelizar a la gente a la fe en Mí. Otros fieles están siendo llamados a establecer refugios para Mi pueblo durante la tribulación. América, como nación, está siendo llamada a renunciar a vuestras leyes corruptas y a arrepentiros de vuestros pecados. Si no cambiáis vuestro malvado estilo de vida, haréis caer Mi ira sobre vosotros con toda clase de destrucción. Vuestra elección es amarme o no, pero sufriréis las consecuencias de vuestras malas acciones».

Dijo Jesús: «Pueblo mío, estoy llamando a todos Mis hijos para que recojáis vuestras cruces individuales y las llevéis mientras unís vuestros sufrimientos a los Míos en Mi cruz. Yo viví una vida humana en la Tierra en una época diferente, pero sé por lo que estáis pasando con las restricciones del cuerpo. Tienes necesidades físicas de comida, agua y un lugar al que llamar hogar. Necesitáis ganar dinero con vuestro trabajo para pagar vuestra casa, vuestro coche y ayudar a vuestro cónyuge e hijos si estáis casados. Necesitáis cuidaros con médicos cuando estáis enfermos o necesitáis operaciones. Compartís vuestro dinero y vuestra fe con los vecinos necesitados. Vuestras vidas cambian constantemente, pero cuando rezáis y venís a Misa, os doy la fuerza que necesitáis para soportar todas las cargas de vuestra vida en la tierra. Es esta vida espiritual de tu alma la que necesita cuidados, igual que tu cuerpo. Limpias tu alma con la Confesión, y saboreas el cielo cuando Me recibes dignamente en la Sagrada Comunión. Mi Cuerpo y Mi Sangre son tu alimento espiritual para saciar tu alma, y Yo soy el único que te da tranquilidad. Siempre estoy a tu lado para ayudarte en tus necesidades y problemas cotidianos, así que invócame en cualquier momento. Confía en Mí por todo lo que hago por ti, y comparte tus dones con los demás».