domingo, 2 de septiembre de 2018

Domingo 2 de Septiembre de 2018

Domingo 2 de septiembre de 2018

Jesús dijo: «Pueblo mío, habéis oído al diácono pronunciar una buena homilía sobre la fe y las obras. La fe es un don que ofrezco a todos por Mi abundante amor. La ofrezco gratuitamente, y depende de vuestro libre albedrío creer en Mí o no. Si creéis verdaderamente en Mí, Me devolveréis vuestro amor. San Pablo menciona que si no tienes amor por Mí y por tu prójimo, entonces todas tus obras son como nada. Cuando tengas fe en Mí, entonces desearás seguir Mis Mandamientos, que se basan en el amor a Mí y en el amor al prójimo como a ti mismo. Cuando Yo sea el centro de tu vida, entonces querrás ayudar a tu prójimo con buenas obras por amor a Mí. Esta fe que tienes en Mí, es como Mi amor, porque necesitas compartirla con tanta gente como sea posible para todas aquellas personas que te escuchan. Si la fe y el amor por Mí faltan en tu familia o amigos, entonces necesitas rezar para que se abran a Mi amor. Deseo que todas las personas lleguen a conocerme y amarme, y utilizo a Mis fieles como Mis instrumentos para difundir la Buena Nueva de Mi Resurrección sobre todos. Aquellas almas que Me acepten, Me amen y se arrepientan de sus pecados, serán recompensadas cuando Yo las conduzca por las escaleras del cielo».

Dijo Jesús: «Pueblo mío, en el Evangelio hablé de todos los pecados inmundos que salen de vuestros corazones de pecadores. Muchas personas se apresuran a juzgar las malas acciones de los demás, pero olvidan rápidamente sus propios pecados. Yo soy el único que juzga a todos los pecadores, así que evitad juzgar a los demás. Recientemente, habéis visto a algunos clérigos acusados de abusar de niños pequeños, y algunos de estos hechos ocurrieron hace años. Ha sido un mal ejemplo que muchos de estos casos se ocultaran al público, y a un posible enjuiciamiento. Puesto que todos sois pecadores, todos tenéis que rezar por los pecadores y especialmente por vuestros sacerdotes que están siendo criticados. Así que en vez de juzgar o criticar a los demás, todos tenéis que practicar lo que predicáis sin ser hipócritas. Dad buen ejemplo a todos, porque vuestras acciones son vistas por la gente en la tierra, y por todos nosotros en el cielo.»