Mensajes para John Leary en Rochester NY, EEUU

 

domingo, 28 de octubre de 2018

Domingo, 28 De Octubre De 2018

 

Domingo 28 de octubre de 2018:

Jesús dijo: «Pueblo mío, habéis oído el Evangelio de cómo Bartimeo, el ciego, clamó a Mí para ser curado. Me llamó como Hijo de David. Cuando escucháis el Evangelio de Mi genealogía, veis la línea de sucesión que pasa por el rey David. Sané a Bartimeo de su ceguera, y él se alegró de poder verme y se puso a bailar. Tenía fe en que Yo podía curarle, y así se atendió su petición. Amo a todo Mi pueblo, y quiero que todo Mi pueblo Me ame de corazón. Quiero que te quites esta imagen de muro de ladrillo, para que puedas ver Mi Corazón amoroso, y puedas unirte a Mi Corazón en amor con tu propio corazón. Una vez que hayas establecido esta relación de amor diaria Conmigo en la oración, te protegeré de cualquier ataque y adicción del demonio. Una vez eliminadas las escamas de tu ceguera espiritual, Me verás con claridad y querrás estar siempre Conmigo en tus oraciones, Misa, Adoración, Confesión y en tus buenas obras. Una vez que Mi amor envuelva tu corazón, querrás compartir Mi amor con todas las personas que deseen amarme. Así que quita este muro de ladrillo de tu ceguera espiritual, y regocíjate en tu relación de amor Conmigo».

Jesús dijo: «Pueblo mío, estáis tan acostumbrados a oír noticias de última hora en vuestra Tv o en vuestros periódicos, pero estas noticias son temporales, y la verdad podría ser diferente. Es Mi Buena Nueva de Mi Muerte y Resurrección la que es para siempre, y para siempre verdadera. Si tienes Mi Palabra de amor en la Biblia, ¿por qué no lees la Biblia todos los días? Prefieres leer las malas noticias en tus periódicos, que Mis Buenas Noticias en las Escrituras. Cuando leas la Biblia, debes hacerlo despacio en tu cuarto de oración, y meditar sobre ella, además de actuar en consecuencia. No te limites a dejar la Biblia sobre la mesa para que acumule polvo, sino que debes leer unas cuantas páginas al menos cada día. Mis palabras son para siempre, pero las tuyas se tiran y desechan al día siguiente. Recordad Mis palabras de amor que deben quedar impresas en vuestros corazones para siempre. Os amo tanto a todos que morí para salvar vuestras almas. Alabad y dad gracias por todos los dones y bendiciones que os concedo».

Origen: ➥ www.johnleary.com

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