domingo, 16 de octubre de 2022

La Advertencia Está Cerca, Como Cerca la Guerra...

Mensaje de San Miguel Arcángel a Luz De María

Pueblo de Mi Rey y Señor Jesucristo:

Como Príncipe de las Legiones Celestiales soy enviado para comunicaros:

Ha Llegado El Momento...

Tal Como Ha Decretado La Santísima Trinidad Anteriormente Y Os Lo Ha Mencionado A VOSOTROS.

Amados hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, la tierra tiembla desde las profundidades, aumentando las fallas que crean terremotos. La tierra ha temblado en un lugar y en otro siempre, pero no podéis negar que en este momento los movimientos se producen con más frecuencia y las erupciones volcánicas se intensifican a causa de los movimientos de la tierra.

Advertencia contra las falsas doctrinas:

La Ley De Dios No Puede Cambiarse, El Cuerpo Místico De Nuestro Rey Y Señor Jesucristo Es Consciente De Que La Ley De Dios Es Una (Ex. 20,1-17; Mt 22,36-40) Y Sólo En La Cruz Y En La Unidad Pueden Aparecer A La Dimensión De La Voluntad Divina.

Pueblo Fiel, es necesario que pases de una vida espiritual mediocre a vivir en plenitud la espiritualidad por la Fe. El Pueblo de Dios debe poseer una Fe firme (I Jn 5,4) en este tiempo en que la descristianización avanza cada vez más. El respeto a lo Divino ha caído muy bajo en la criatura humana y esto generará la gran persecución hacia el Pueblo de Dios. Por eso es necesaria la Fe y la comprensión de la criatura humana para ser firme en la oración; sin oración no hay fusión con la Santísima Trinidad.

La Oración Es Necesaria Y Como Príncipe De Las Legiones Celestiales Os Aseguro Que Toda Súplica Elevada Con Corazón Contrito Es Recibida Por La Santísima Trinidad Y Por Nuestra Reina Y Madre De Los Últimos Tiempos.

Recibid el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Rey y Señor Jesucristo y sed fieles al verdadero Magisterio de la Iglesia de Nuestro Rey y Señor Jesucristo.

Hijos de la Santísima Trinidad:

Ha llegado el momento de que viváis plenamente la Fe sin miedo, sin trepidación, sin ansiedad ante el avance del grito de guerra y sin olvidar que los tratados de paz no son paz, sino simulacros de las naciones para prepararse más y llegar a este momento.

Amado pueblo de Nuestro Rey y Señor Jesucristo:

El Aviso Está Cerca, Tan Cerca Como La Guerra....

Rezad como Pueblo de Dios, rezad el Santo Rosario, es una de las oraciones en las que camináis junto con Nuestro Rey y Señor Jesucristo y con Nuestra Reina y Madre la Vida, Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Rey y Señor Jesucristo.

Reza, reza.

En la Casa de Dios se proclaman las alabanzas de la Santísima Trinidad y de Nuestra Reina y Madre de los Últimos Tiempos y se proclama el Santo Rosario ante las amenazas en que se encuentra la humanidad ante la proximidad de un cuerpo celeste que se acerca a la Tierra.

Rezad, hijos de la Santísima Trinidad, rezad por lo que está ocurriendo en la Tierra en este momento y rezad por los poderes que pasarán de las amenazas a la realidad del armamento.

Rezad, hijos de la Santísima Trinidad, rezad con el corazón para que disminuya la intensidad del uso de armas desconocidas para vosotros, si ésta es la Voluntad Divina.

Rezad, la oración es bálsamo para el alma.

Yo os bendigo y os protejo.

San Miguel Arcángel

Ave María Purísima, concebida sin pecado

Ave María Purísima, concebida sin pecado

Ave María Purísima, concebida sin pecado

Comentario Por Luz De Maria

Hermanos:

En esta llamada de San Miguel Arcángel podemos analizar que en todos los aspectos de la sociedad hay un vacío espiritual: falta Dios.

Y es esta generación sin Dios la que está cayendo en las garras del que prepara el camino para el Anticristo y ese camino es el de la guerra, la persecución, la división y la traición.

Cristo está siendo prohibido, lo Divino está siendo prohibido y cada momento será peor. El escenario está preparado para la parte más sangrienta de la Gran Tribulación.

Y antes del Aviso, del juicio de cada uno por sí mismo, ¿nos preparamos para esta prueba personal?

Oremos hermanos, oremos. Cristo oró a Su Padre en tiempos de prueba. Nosotros debemos orar.

Amén.