martes, 13 de octubre de 2015

«Arrepentíos, hijos Míos, mientras llegue la hora de la misericordia. Amén».

- Mensaje nº 1083 -

Tristemente miro a vuestro mundo y veo al demonio haciendo sus travesuras, engañándoos y mintiéndoos.

Vosotros, Mis amados hijos, no lo veis, estáis cegados por las apariencias y el engaño y confiáis en las cosas terrenales, mundanas y, por tanto, pasajeras, en lugar de refugiaros en los santos brazos de Mi Hijo, vuestro Salvador, que tanto os ama, dadle vuestro amor y renunciad a las cosas mundanas, pues pronto pasará -el mundo-, dejando atrás vuestra alma perdida, engañada, a la que habéis negado la eternidad en la gloria, porque no habéis escuchado Nuestra Palabra , sino todas las mentiras del demonio, y porque no os habéis preparado para la gloria del Señor, que alcanzaréis, recogeríais riquezas para la eternidad al lado del Señor, que ningún dinero puede comprar, ni piedras preciosas ni oro, porque las riquezas de la eternidad están ocultas en las virtudes del Señor, y sólo las vive el que tiene humildad y amor en su corazón, a él se le dará la gloria en la eternidad al lado del Señor y Padre, y el único camino hasta allí es Mi Hijo, vuestro Jesús, por eso volveos atrás, amados hijos, y no esperéis más, pues el demonio se ensaña, y vosotros dejáis que suceda, os dejáis atrapar, deslumbrar y comprar, pero que se os diga: La eternidad será cruel para quien se entregue al demonio, pues el único camino es Mi Hijo. El amor y la humildad os conducirán a Él y al Reino de los Cielos, pero no el amor propio, el provecho propio y el amontonamiento de dinero, oro y otros bienes. Amén.

Estad advertidos, pues quien se vende al diablo pronto se perderá. Su despertar será cruel, como lo será su eternidad, y no habrá vuelta atrás para él a menos que se arrepienta ahora, en la hora de la misericordia. Amén.

Os quiero. Dejaos abrazar.

Vuestra Madre de Fátima, que tanto os ama. Amén.