LA SEÑAL DE LA CRUZ

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Nuestra Señora: " Queridos hijos, os pido que recordéis que la Señal de la Cruz es una oración. No son sólo palabras que hay que pronunciar apresuradamente para llegar a las verdaderas oraciones. Cuando se reza con devoción, desde el corazón, es una oración eficaz en preparación para todas las oraciones que vendrán después."

Jesús: "Ten una clara comprensión de Mi Pasión. Cuando reces, hazlo con un crucifijo en las manos".

28 de marzo de 2003

Jesús: "Cuando recéis, unid vuestras oraciones a todas las oraciones que se han rezado y a todas las que se rezarán jamás, para que Mi Padre sea grandemente honrado por cada sílaba".

25 de enero de 2005

Jesús: "Cuántas veces las almas dependen de vuestras oraciones. Únelas a los Corazones de Jesús y de María".

31 de marzo de 1996

Nuestra Señora: " Mis queridos, queridos hijos, cuando recéis, cubrid vuestras oraciones con la Preciosísima Sangre de Mi Amado Hijo, Jesús."

19 de junio de 2003

Jesús: "No recéis por deber, sino porque Me amáis; porque amáis a Mi Madre y deseáis agradarnos. Así tus oraciones serán más poderosas".

6 de marzo de 2006

Nuestra Señora: " Cuando se añade el sacrificio a la oración, ésta es el doble de fuerte".

8 de junio de 1998

Santo Tomás de Aquino: "Te invito a contemplar esto por un momento. Un cocinero hábil utiliza sólo los mejores ingredientes para sus platos. Un carpintero hábil elige la mejor madera y utiliza las mejores herramientas cuando crea un mueble. Cuando un alma reza o se sacrifica, está, de hecho, creando un regalo para dárselo a Jesús o a Jesús a través de María. Al igual que los hábiles artesanos del mundo, debe elegir los mejores utensilios y los mejores materiales".

"En la oración y el sacrificio, el ingrediente más importante -la herramienta que presta más poder y eficacia- es el Amor Santo en el corazón. Junto a éste debe estar la Santa Humildad, que combinada con el Amor Santo, permite al alma entregarse completamente a la Voluntad Divina del Padre. Cuanto más fuertes sean estas dos en el alma durante la oración y el sacrificio, más eficaces serán las peticiones del corazón."

"En la Agonía de Cristo en el Huerto, puedes ver claramente estos dos -amor y humildad- en acción. Una vez que Jesús resolvió aceptar Su sufrimiento, nunca miró atrás. Se dejó despojar de todo en la Décima Estación por amor y humildad".

"Considera, ahora, las cruces de tu propia vida, y reza para aumentar en amor y humildad. De este modo, te entregarás más completamente a la Divina Voluntad de Dios, y tus oraciones y sacrificios serán más dignos."

14 de marzo de 2006

Jesús: "Hermanos míos, esta noche daos cuenta de que vuestras oraciones ofrecidas con humildad y amor de corazón rescatan a muchas almas del camino de la perdición y las llevan al camino de la justicia. Perseverad, pues, en la oración de corazón, porque muchas almas dependen de vuestros esfuerzos. No te desanimes en modo alguno, pues es Satanás quien trata de disuadirte del camino de la rectitud."

1 de junio de 2007

Jesús: "Los momentos presentes que se desperdician hacen pesar Mi Brazo de Justicia. Sólo las oraciones de Mi Madre y también vuestras oraciones lo detienen, impidiendo que caiga. Esta noche, os digo, no debéis dejar de rezar. Rezad a menudo y de corazón para que podamos ganar esta batalla: el bien contra el mal."

18 de agosto de 2006

Nuestra Señora de las Gracias: "Queridos hijos, deseo mucho más que vuestros ayunos de los alimentos que os gustan. Deseo que ayunéis de cualquier pecado. Así recompensaréis al Corazón dolorido y afligido de Mi amado Hijo".

11 de julio de 1996

María, Refugio del Amor Santo: " Aunque es muy bueno y aceptable ayunar a pan y agua, no es bueno intentarlo si estás enfermo o si tal ayuno pudiera poner en peligro tu salud. El mejor ayuno es ayunar de tu propia voluntad. Tu voluntad es el amor propio. Te he dado estas pautas. Renuncia a ser el centro de atención, a salirte con la tuya, a hacer lo que quieras cuando quieras. Hazte pequeña".

5 de octubre de 1997

Santo Tomás de Aquino: "Querido hijo, he venido para ayudarte a comprender cómo hacer sacrificios más puros. Mira, por ejemplo, la multitud de botones que hay en la parte delantera de mi sotana, todo un reto para alguien tan corpulento como tu Tomás".

"Cuando emprendí el abrochado de aquellos botones, renuncié a todo pensamiento de coste para mí y me centré en Jesús. Con cada botón me imaginaba besando las Llagas de Jesús, limpiando Su Rostro ensangrentado y consolando a Su Madre Dolorosa".

"Así es como se da todo al Señor. Piérdete de vista y céntrate en Él".

2 de mayo de 2005

Jesús: "Os pido que todo sacrificio sea un sacrificio de amor. No hagáis los sacrificios con mucho pesar, sino con amor, y valdrán más la pena. Os fortalecerán espiritualmente; entonces os concederé lo que pidáis en la oración".

13 de marzo de 2006

Jesús: "Hoy os digo que es el amor sacrificado el que gana la conversión de las almas. Cuando te sacrificas con un corazón amoroso por el bien de otro, Yo puedo llegar con la fuerza y el poder que te has ganado para esa alma a través del amor sacrificial."

"El amor debe estar en el corazón de toda oración, de toda buena obra, de todo sacrificio; cuanto más profundo sea el amor, más meritoria será la acción. Deseo que todas las personas se den cuenta de esto para fortalecer Mi ejército contra el mal".

11 de octubre de 2007

Santa Teresita del Niño Jesús: "Hoy hay una tormenta de nieve fuera. Si cayera un solo copo, no sería gran cosa. Son muchos copos juntos los que forman los grandes ventisqueros. Lo mismo ocurre con los sacrificios. Muchos sacrificios pequeños y humildes equivalen a mucho a los Ojos de Dios. Nunca permitas que Satanás te convenza de lo contrario. Cada sacrificio es tan valioso como la profundidad del Amor Santo en el corazón cuando se ofrece. Eso es lo que mira Dios, no el coste del sacrificio para el alma".

16 de diciembre de 2007

Santa Teresita del Niño Jesús: "Escribe lo que he venido a decirte, hija. Ésta es la receta de un buen sacrificio".

"Ante todo, el sacrificio debe surgir de un corazón lleno de amor. De lo contrario, lo que se entrega a Dios se hace a medias. El sacrificio sólo es tan digno como la profundidad del amor con que se ofrece. Dicho de otro modo, si el sacrificio fuera un delicioso bocado de comida, sólo sería tan bueno como los ingredientes utilizados para prepararlo."

"Cualquier sacrificio hecho con impaciencia, enfado o con poco Amor Santo, merece al alma poco consuelo en esta vida, recompensa en la otra, y quizá incluso una estancia más larga en el Purgatorio."

"Sirve siempre a Dios y al prójimo como un niño pequeño cuyo único propósito es complacer a sus padres por amor".

1 de octubre de 2005

Jesús: "No te preguntes qué tipo de sacrificio ofrecerme; porque el mayor y más perfecto de todos los sacrificios es vivir en el Amor Santo en cada momento presente. Para ello es necesario morir totalmente a uno mismo. Ésta es la suma total de todo lo que pido".

9 de febrero de 2008