Messages à Marcos Tadeu Teixeira à Jacareí SP, Brésil

 

dimanche 10 août 2014

5º Mensaje de Dios Padre Eterno - Fiesta de la Natividad de Nuestra Señora Revelada en Sus Apariciones - 311ª Lección de la Escuela de Santidad y Amor de Nuestra Señora

 

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https://youtu.be/_MDMEqqJeGs

Jacareí, 10 de Agosto de 2014

Solemne Fiesta Del Aniversario D Natividad De Nuestra Señora

Revelada Por Ella Mes En Sus Apariciones

311ª Clase De La Escuela De Santidad Y Amor De Nuestra Señora

Www.apparitionstv.com

5º Mensaje De Dios Padre Eterno

(Padre Eterno): "Mis amados hijos, Yo vuestro Padre, vengo hoy de nuevo con todo Mi Amor para deciros: Os amo y quiero vuestra salvación. Por eso creé el Cielo, la Tierra, el Mar y todo lo que existe para que en todo vierais Mi Amor y dierais gloria y os unierais a Mí por el amor perfecto, por la unión de vuestras almas Conmigo por el amor filial perfecto que debéis tenerme a Mí vuestro Padre Creador.

Para vuestra salvación creé a María, para que fuera vuestro encanto, para que fuera la Paz de vuestra vida, para que fuera la estrella brillante que os atrae a todos hacia Mí y os muestra el camino hacia Mí.

En la dulzura de María puedes sentir Mi dulzura Paternal, porque en María Me reflejo completa y totalmente como el sol se refleja perfectamente en el más claro de los espejos.

En María, en Su mirada, en Su bondad puedes sentir Mi Bondad, Mi ternura y Mi Amor por ti. Fui Yo quien la hice, quien la formé, quien la creé y la doté de tanta belleza y de Mi Amor. Para que conociendo a María, conociendo la bondad de María, Me conocierais a Mí y a Mi bondad, porque la bondad de María es Mía, la dulzura de María es Mía y la belleza de María es Mi belleza. Fui Yo quien le di esta misma belleza.

Por eso os di a María, para que fuera signo de Mi Amor, y a través de ella viniera Mi Hijo a este mundo, para revelaros Mi Rostro, para revelaros Mi Ley, Mi Voluntad, que es siempre Amor y Salvación.

Cuando os diga Renuncia al pecado o te enviaré al infierno. Lo hago por amor, porque no quiero tu condena.

Cuando te digo Observa Mis Mandamientos, lo hago porque no quiero tener que arrojarte después a las llamas eternas.

Por eso te digo Renunciad ahora al pecado, observad Mis mandamientos, porque éste será para vosotros el camino hacia la felicidad y la salvación.

Cuántas veces advierto a los pecadores, les advierto que se aparten de los malos caminos por los que van. Les advierto a través de los signos de la naturaleza, de los relámpagos, los rayos y las tormentas. Les advierto a través de accidentes y sucesos dolorosos en sus vidas, les advierto a través de la enfermedad y el dolor para que recapaciten, entren en razón, reflexionen sobre los malos caminos que siguen y se conviertan.

Pero, todo en vano, todo inútil, porque muchos de ellos, a pesar de haber sido advertidos tantas veces por Mí, siguen prefiriendo el pecado, siguen prefiriendo el camino que conduce a la condenación.

Qué grande es el dolor de Mi Corazón de Padre al ver que tengo hijos locos, locos por el pecado, locos por la perdición, cuando os ofrezco una vida tan hermosa a Mi lado, una vida de gracia, de santidad, de paz y de amor. Y todo lo que os pido es que aceptéis esta vida, que aceptéis Mis reglas, y Yo seré vuestro Compañero, vuestro Amigo, vuestro Padre Amable que nunca se cansará de colmaros de bienes y recompensas eternas.

Verás, el Padre del hijo pródigo perdonó a su hijo, pero antes esperó a que éste viniera a pedirle perdón de rodillas a sus pies. Lo mismo quiero Yo, perdonaré a los pecadores, pero a los pecadores que de rodillas se arrepientan de sus pecados y Me pidan perdón sinceramente, dispuestos a comenzar una vida de conversión.

Reza, pues, por tu conversión. Reza por la conversión de los pecadores, porque muchos de ellos sólo volverán en sí, sólo recaerán en sí mismos, con la ayuda de tu oración.

Sólo el poder místico sobrenatural de tu oración puede hacerles volver en sí y reconocer la locura que han cometido al apartarse de Mí, de Mis reglas, y preferir el pecado, el amo cruel que es Satanás. Que primero exige todos los esfuerzos de sus siervos, esclavizándolos en los placeres, y luego los arroja a las llamas eternas donde los atormentará y les pagará por toda la eternidad por sus servicios, con tormentos y dolores tan terribles que no puedo describírtelos.

Reza para que los pecadores se vuelvan a Mí, que sigo con los brazos abiertos, ofreciéndoles generosamente el perdón cada día. He decretado: que mientras Mi amadísima hija María esté apareciendo, perdonaré setenta veces siete veces al día al pecador que Me lo pida y se arrepienta.

Pero, ¡ay de los que esperan a que caiga la noche! Ay de los que esperan que caiga la noche sobre ellos, para luego mirarme a Mí, mirar a María, mirar las advertencias que hemos dado a la humanidad en estos últimos siglos.

En verdad, buscarán la luz del sol, pero será demasiado tarde para ellos, ya no la verán. Tú que aún ves Mi luz, tú que aún ves el camino de salvación que te ofrezco. Entrad rápidamente en ese camino. Porque pronto llegará la noche del gran Castigo que enviaré al mundo, y entonces ya nadie podrá ver Mi luz; para los pecadores será demasiado tarde.

Y que nadie piense que este Decreto Mío sólo tendrá lugar dentro de muchos siglos, porque Mi copa ya está rebosando. Ya estoy saturado de tantos pecados y crímenes atroces que contemplo las veinticuatro horas del día, cada vez que gira esta Tierra.

Sí, cada vez que este mundo gira ante Mis Ojos, Mi Corazón se rompe de dolor, porque veo que Mi Creación está toda arruinada, Mi Creación está toda destruida por la acción de Mi enemigo que ha encontrado en vosotros socios y aliados útiles.

Y por eso voy a purificar esta Tierra con un fuego que nunca habéis visto. Y ¡ay de aquellos que esperan que caiga la noche para buscarme! Me buscarán, pero ya no Me encontrarán, porque el momento de buscarme es ahora.

Buscadme, pues, aquí, en este Lugar consagrado por Mi presencia, por la presencia de Mi hijo, de la Madre de Mi Hijo, y de los Santos y Ángeles que he enviado aquí. Para que verdaderamente vuestra vida no se pierda ante Mi ira cuando ésta llegue, sino que Yo os encuentre como vides buenas, dulces y fructíferas en Mi viña, en Mi cosecha.

Oh, hijos Míos, ¡cómo os amo! Os he enviado Profeta tras Profeta, Santo tras Santo, Confesor tras Confesor de Mi Ley y de Mi Palabra. Y ahora os he enviado a Mi Hija más amada, la Madre misma de Mi Hijo, y bajo con Ella para deciros: ¡Convertíos, pues ahora es el momento de la conversión!

¿No veis la sequía, los rumores de guerra, los terremotos, los huracanes, las desgracias que están sucediendo sobre vosotros? Son Mis advertencias para que entréis en vosotros mismos y reflexionéis sobre el camino de muerte y destrucción que estáis recorriendo.

¡Convertíos! ¡Volved a Mí! El que reza cada día el Rosario con verdadero amor, el Rosario de Mi Hija María, la más amada, ése es el Mío. Porque el Rosario es también la Obra de Mi Poder Creador, fui Yo con María y con Mi Hijo Jesús, con Mi Espíritu Santo quien creó esta maravillosa Oración para vosotros, que es el Santo Rosario y os la dio a través de Nuestro Siervo, Domingo.

El que reza el Rosario todos los días, puede estar seguro de que será considerado no sólo un verdadero hijo de María, sino también un verdadero hijo Mío. Mis hijos aman el Santo Rosario, Mis verdaderos hijos propagan el Santo Rosario, Mis verdaderos hijos Me honran, honran a María con muchos Rosarios cada día.

Mientras que los hijos de Mi enemigo, de Mi adversario, de aquella serpiente que maldije y expulsé de Mi Jardín en el principio. Sus hijos odian el Rosario, desprecian el Rosario, persiguen el Rosario, combaten el Rosario, pisotean el Rosario. Porque son hijos de la serpiente y no Mis hijos y Yo no los reconozco y los negaré por toda la eternidad ante Mis Ángeles.

Si no queréis estar entre estos necios, estos miserables, amad Mi Rosario, el Rosario de Mi amadísima hija María. Y rezadlo todos los días, porque quien lo rece nunca será abandonado por Mí, y le daré todas las gracias para que venga a Mí como un glorioso hijo Mío, como Mi Hijo Real, como el Príncipe del Cielo, Mi vástago, y de Mí, de Mis Manos, recibirá la herencia eterna.

Rezad todas las oraciones que María aquí os ha mandado rezar, porque los que rezan estas oraciones crecen ante Mis ojos como fragantes y exuberantes rosas de virtud, santidad y amor.

Conozco vuestros dolores, conozco vuestros sufrimientos y nunca os abandono. No siempre respondo a vuestras oraciones como deseáis, porque no todo lo que queréis es bueno para vosotros y provechoso para la salvación de vuestra alma.

Concedo aquellas gracias que creo que hacen más bien al alma que al cuerpo. Por eso os niego tantas gracias temporales, pero no os negaré ninguna gracia espiritual, porque es Mi voluntad que seáis grandes ante Mí, grandes santos, verdaderos hijos Míos, Mi perfecta imagen y semejanza.

Por eso os digo: quien Me pida gracias para su alma, las recibirá todas. Porque soy un Padre generoso, y nada Me da más placer y alegría que compartir Mis bienes y Mi herencia celestial con Mis hijos. Nada Me da más alegría que enriquecerlos, embellecerlos con las vestiduras reales y las joyas que tengo para darles, es decir, Mis gracias divinas.

¡Os amo tanto! Y he elegido este Lugar desde la Creación del Mundo, aquí para curar tu alma de la enfermedad del pecado, para remediar la miseria de tu alma con Mis gracias y Mis bendiciones, para embellecerte quitándote la fealdad del pecado y dándote una nueva belleza, la belleza que di a Adán y Eva en el principio y que ellos despreciaron por orgullo y desobediencia a Mí.

Vengo a daros esta belleza, que quiero hacer crecer cada vez más en vuestras almas hasta la plenitud. Todo lo que pido y quiero de vosotros es un «sí» verdadero y profundo. Y os transformaré en una obra tan bella como nunca ha habido desde el principio de la humanidad, después de Mi hijo Jesús Salvador y después de Su Madre Inmaculada.

Por tanto, venid, hijos Míos, entregaos a Mí, y hoy os abriré un nuevo camino que os conducirá a esta maravillosa vida nueva y divina que quiero empezar a haceros disfrutar ya en esta tierra, y luego seguir disfrutando de ella por toda la eternidad en un éxtasis continuo e incesante en el Cielo.

En este momento te digo Sigue viniendo aquí, para que podamos continuar tu conversión. Soy feliz con vuestras oraciones y sacrificios, seguid por el camino que María, Mi Hija y Reina amadísima, os lleva de la mano.

En octubre volveré de nuevo en Su día, para bendeciros de nuevo y continuar vuestra conversión y vuestra santificación. Porque pronto soplará el viento de Mi Justicia, sonará la hora en que Mis Ángeles tiemblen y esperen temblorosos en Mi presencia. Y entonces, todo árbol que no haya producido fruto lo cortaré y lo arrojaré a la gehenna de fuego.

Así que volved vuestros corazones hacia Mí ahora, porque ahora es la hora en la que quiero elevaros y llenaros de Mis gracias de Amor, Paz y Salvación.

Yo y Mi Hija amadísima, María, os bendecimos a todos ahora y especialmente a estos Escapularios que Yo mismo le ordené que os revelara en Pellevoisin y también a todos vuestros Rosarios y Medallas, a todos los objetos que habéis traído.

Recibid ahora Mi Bendición Paternal que continuará con vosotros hasta el fin de los tiempos y que continuará también ahora con vuestro cuerpo, con vuestra alma y con los lugares donde vayáis y transmitáis esta bendición por toda la eternidad.

Ya os he bendecido, hijitos Míos, no olvidéis nunca que os amo. Si a veces os hablo con dureza, es para despertar vuestras almas del sueño del pecado.

¡Os amo, os amo y os amo con Amor sin fin! Continuad en Mi Paz, seguid en Mi Paz, seguros de que Mi Mirada Vigilante está sobre vosotros y nunca, nunca os abandona.

Paz hijos Míos. Paz Marcos, el más ardiente devoto de María, Mi Hija más amada, el más ardiente devoto e hijo Mío".

(Marcos): "Hasta pronto amada Madre del Cielo. Hasta pronto mi Señor, mi Dios y mi Todo".

Sources:

➥ MensageiraDaPaz.org

➥ www.AvisosDoCeu.com.br

➥ www.AparicoesDeJacarei.com.br

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