miércoles, 26 de enero de 1994

Octavo Mensaje

CONSAGREN TODO A MÍ

"Queridos hijos, hoy vengo a pedirles su Consagración a Mí.

Hijos Míos, ¡ayúdenme a salvar el mundo! ¡Consagren sus vidas, sus corazones, sus familias y su Fe a Mí!

Consagren a Mí los países más pecaminosos, para que se conviertan. Cuando algo está consagrado a Mí, lucho por su conversión y Santificación hasta el final.

¿Qué Gracia puede ser mayor que esta: - Vivir para Mí y a través de Mí?

No hay 'piedra' que no sea vencida cuando camino con ustedes. Oh, hijos, si me dan sus corazones, a través de la Consagración, les ayudaré a alcanzar la Santidad.

¡No se desanimen por las dificultades del mundo! No se rindan, Hijos Míos, ante el mal y la injusticia del mundo.

Hasta ahora, EL SIDA y el cáncer permanecen sin cura, victimizando y matando a miles de Mis pobres hijos. Si el mundo no fuera tan malvado y perverso, ciertamente les diría, con todos los detalles, cómo se curan estas enfermedades.

No hay curación humana. ¡Solo DIOS puede curarlas! pero como no buscan ni DIOS ni la salvación, no puedo revelarles nada, el Señor sigue permitiendo este 'horrible flagelo', justo castigo para los que más pecan.

¡Recen mucho! ¡Recen mucho! El Santo Rosario podrá destruir las tentaciones en el camino, en unión con la Bendita Eucaristía.

¡Consagren todo a Mí de ahora en adelante! Donde algo está consagrado, yo vivo allí mismo.

Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.