domingo, 26 de junio de 2016

Mensaje de María Santísima

(María Santísima): Mis queridos hijos, hoy os invito a todos una vez más al amor verdadero. Sólo con el amor verdadero podréis dar alegría a vuestro Padre del Cielo y sólo con el amor verdadero podréis cumplir perfectamente Su voluntad aquí en la tierra.

El tiempo apremia y para que alcancéis el amor filial hacia Él debéis empeñar ahora todos vuestros esfuerzos en lograr este amor. Renunciando de una vez por todas al temor servil, al amor cariñoso e incluso al amor de amistad, debes elevarte rápidamente al amor filial por Dios.

Cuando el alma tiene este verdadero amor a Dios, todo le resulta fácil: rezar, ayunar, trabajar por Dios, sacrificarse y entregarse. Esto no significa que no requiera sacrificio, que el sacrificio no sea costoso.

Pero el alma lo hace todo, todo con amor, ánimo, fuerza y perseverancia. Lo hace todo con magnificencia, con magnanimidad por Dios. Porque el amor da fuerza a la Virtud de la Fortaleza para que con ella el alma lo haga todo por Dios.

¡Dios es amor, el amor es Dios! Y sólo en el alma que está en Dios está el amor y sólo en el alma en la que está Dios está el amor.

Por eso, hijos míos, hasta que no creéis en vuestros corazones un amor filial a Dios, seguiréis siendo pobres, miserables, infelices y caeréis repetidamente en las mismas faltas y defectos. Porque la única fuerza que puede liberar al hombre de todos los defectos, pecados y males de esta vida es la fuerza del amor, del amor filial a Dios.

Así que cread en vuestros corazones este amor verdadero y perfecto y entonces tendréis la fuerza interior para hacer cualquier cosa por Dios. Y entonces la gracia del Señor y Mi Llama de Amor estallarán poderosamente a través de vosotros y se transmitirá a todos Nuestros hijos, abriéndolos a todos al amor místico ilimitado por Dios y también por Mí, vuestra Madre celestial.

Venid hijitos, abridme vuestros corazones, dejad que esta llama ardiente del amor de Dios y de Mi Amor entre en vuestros corazones, en vuestros corazones. Y entonces, todo se transformará verdaderamente en actos incesantes de amor a Dios y a Mí, en un canto de amor que nunca terminará.

He venido aquí a buscar almas hechas de este amor puro y perfecto, almas que con la Llama del Amor Divino que puse en el corazón de mi hijito Marcos. Y que él también, con todas las fuerzas de su voluntad, acrecentó con sus obras, oraciones, sacrificios y esfuerzos de toda su vida.

Esta Llama también os quemará a vosotros, quemará vuestros corazones y si, hijos míos, colaboráis con esta Llama y no le ponéis obstáculos, se transmitirá tan poderosamente desde vuestro ser, desde vuestra persona, que quemará el mundo entero y transformará verdaderamente el mundo entero en el Reino de Amor de Mi Corazón Inmaculado.

No podéis tocar el corazón de las personas, ni quemarlas con esta Llama de Amor porque no tenéis amor, no sabéis amar, no tenéis ese amor filial. Por eso no podéis transmitir ese amor y no se producen las conversiones.

Abrid vuestros corazones a este amor y entonces podréis realmente quemar el mundo entero con esta Llama de Amor. Y entonces el Espíritu Santo vendrá sin demora en un Segundo Pentecostés del Amor renovando la faz de toda la tierra con el Triunfo de mi Corazón Inmaculado.

Rezad con el corazón, rezad el Rosario con el corazón, rezad todas las Horas de Oración que os he dado Aquí con el corazón. Y entonces, hijos míos, el verdadero amor brotará en vuestro corazón y abrirá plenamente vuestro ser.

A todos bendigo con amor ahora desde Medjugorje, Fátima y Jacari.

Continuad viniendo aquí, a este amado y querido lugar de mi Corazón, para que pueda continuar vuestra conversión.

Paz hijos Míos, permaneced en la Paz del Señor.

La Paz Marcos el más amado y predilecto de Mis hijos».